La mentira de Larreta: el lenguaje "inclusive" sigue en las escuelas, pero con otra metodología

Camuflando la que sería la única medida coherente en años de desgobierno, Horacio Rodríguez Larreta prohíbe el lenguaje inclusivo en las escuelas, y pide que se enseñe en conformidad con la lengua española, pero esto tiene una trampa. No todo lo que brilla es oro.
La obsesión de Obama con los baños para travestis —monotema de su último año como presidente— llevó a Trump a la presidencia.
— Ziberial (@ziberiaI) October 18, 2021
En Argentina, la combinación Cambiemos-Instituto Patria para adoctrinar en escuelas sobre travestis llevó a una juventud derechista. Sigan! 💪
Necesito una aclaración sobre esto @Soledad_Acunia. Hicimos con mucha responsabilidad y a pedido del Ministerio tres excelentes manuales de lenguaje inclusivo que van en otra dirección y expresan otra posición @FelipeMiguel @horaciorlarreta Deroguen ya esa medida anacrónica https://t.co/kq9DNrHKY4
— Diana Maffía (@dianamaffia) June 10, 2022
El Gobernador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lleva años creando manuales y planes de estudios basados en el degenerado lenguaje inclusivo, que incluían aberraciones lingüísticas y gramaticales en palabras tales como “chiques”, “bienvenidxs” o “alumn@s”, y ante la sangría de votos ocasionada por su nula capacidad de gestión de la ciudad, decidió despegarse muy levemente de su cómodo lugar en el espectro de la izquierda política, pero no demasiado.
Además, el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, aseguró que si bien "hay que mejorar" la educación, eso "no se hace prohibiendo el lenguaje inclusivo”, en clara alusión a sus intenciones de disminuir la capacidad intelectual de los estudiantes de todo el país.
En sintonía con el desastre mental que significa ser kirchnerista, además, añadió que la escuela es un lugar en el que es más importante aprender a querer y ser querido, que a aprender Lengua o Matemáticas.
En esa misma línea, el director General de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni, también se sumó al escándalo ocasionado por la medida, y consideró que "la escuela debe enseñar la diversidad" y dijo que "atrás del lenguaje inclusivo está la conciencia que hay un otro que merece un lugar".
Diana Maffía, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, pidió a las autoridades locales que deroguen esta medida.
La nueva norma está diseñada para que si bien no se usen dichos “horrores”, el Ministerio disribuirá entre las escuelas una guía destinada a cada nivel para que los docentes y directivos tengan un marco de referencia para esta nueva resolución. Allí recomiendan, por ejemplo, que en vez de “chiques” se diga “los chicos y las chicas” o referirse a “las familias” en lugar de “los padres”, sumado a que los docentes que aplicaron este monstruoso lenguaje con fines políticos continuarán en sus cargos. La estupidez continúa, pero más camuflada.
La medida alcanza tanto a las escuelas públicas como a las privadas de la Ciudad y a los tres niveles obligatorios (inicial, primaria y secundaria). No incluye universidades ni terciarios. “Establézcase que en el ejercicio de sus funciones, los/as docentes deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”, ordena la norma.
De acuerdo a lo que explicaron, la resolución apunta a “eliminar todas las barreras y distorsiones del lenguaje tanto en la enseñanza de parte de los docentes, como en las comunicaciones formales con las familias y en los carteles que se encuentran en el establecimiento”. En concreto, todas las expresiones con la “e”, la “x” y el “@” quedan prohibidas más allá de en diálogos informales como en los recreos o en las salas de profesores.
Soledad Acuña, la ministra de Educación porteña mencionó que saben “que el lenguaje va mutando y no somos ajenos a eso, pero ese tipo de distorsiones generan dificultad para aprender las reglas gramaticales y básicas de la lengua. Es algo que venimos trabajando con especialistas y si bien no hay evidencia porque aún todo es muy nuevo, coincidimos en que va en contra del aprendizaje. Nosotros tenemos la obligación de enseñar el uso correcto de la lengua. Después los chicos son personas libres y pueden adecuarlo como crean conveniente”.
Acuña aseguró que la decisión también es una respuesta a los resultados de las evaluaciones FEPBA y TESBA que se tomaron en séptimo grado y tercer año. Los resultados no fueron buenos, en especial en comprensión de textos, área en la que se produjo un retroceso de casi 4 años.
Para Acuña, la presencia del lenguaje inclusivo en las escuelas no es marginal y ha causado un deterioro en la comprensión de textos. La ministra hizo especial hincapié en los carteles que se despliegan en los pasillos de los colegios y considera que son “ambientes alfabetizadores que, en lugar de reforzar la adquisición del lenguaje, generan confusión”.