El metaverso pretende erigirse como la versión 2.0 de la vida cotidiana. En esta realidad alternativa, los avatares pueden contratar servicios, adquirir viviendas y también, vestirse. La fascinación por el outfit virtual -dentro de algunos mundos inmersivos- generó una nueva corriente bautizada como moda intangible, que ya factura millones de dólares.
Pese a que el metaverso es todavía una promesa de gran potencial, muchos diseñadores tech comenzaron a exhibir en sus vitrinas online colecciones exclusivas que en realidad no existen (no se puede tocar ni sentir) aunque su etiqueta de compra posee el mismo valor que en un comercio físico.
Y si bien el mercado actual de los gamers y las plataformas consumen estas posesiones virtuales con avidez, el gran salto se producirá cuando el nuevo mundo se haya expandido y todas las personas necesiten encontrar su outfit en la llamada Web 3.0.
Por eso, no llama demasiado la atención que, semanas atrás, el propio Mark Zuckerberg se haya reunido en Milán con algunos ejecutivos de la moda italiana para introducir el concepto Net-a-Porter en los accesorios digitales y los trajes inteligentes que llegarán en breve.
El fabricante
El campo de desarrollo para los ropajes aesthetics es tan promisorio que los analistas de la Morgan Stanley anticipan que esta industria podría generar ingresos de 50.000 millones de dólares en el año 2030, convirtiendo a las ventas virtuales en un 10 por ciento de las totales.
La plataforma líder del sector es The Fabricant, una startup de los Países Bajos, que se constituyó como el primer sitio en operar bajo la estructura de datos blockchain, fomentando entre su público la creación, el intercambio y la comercialización de prendas digitales.
Sus creadores definen a este tipo de prendas como “thought couture” ya que, al igual que los pensamientos, son reales a pesar de no existir en el mundo físico. En 2019 The Fabricant en colaboración con CryptoKitties vendió su primer vestido digital en 9.500 dólares.
Además de plasmar atuendos para Puma, Adidas, Under Armour y Off-White, dentro del sector gamer estableció alianzas con Epic Games para los personajes del Fortnite, Atari y The Sandbox. Además, acaba de publicar una colaboración con World of Women, la comunidad NFT dirigida por mujeres con un volumen de operaciones de casi 157 millones de dólares.
Shopping online
Su máximo competidor es Metawear que busca convertirse en el puente de la moda entre el mundo real y el imaginario. Para impulsa sus propias colecciones inauguró un centro comercial, una academia textil, con oficinas y tiendas que operan desde la virtualidad.
Dentro de los carriles del metaverso, su intención es sumar varias marcas de la vida real y proporcionar una plataforma para que los usuarios confeccionen piezas digitales, las distribuyan y vendan como artículos portátiles NFT que puedan lucirse en múltiples universos.
El proyecto ya atrajo capitales de más de 115 países, mostrando un potencial enorme. Para que todos los socios tengan las mismas oportunidades, se fijó un tope máximo de inversión y no aceptan ninguna firma, por más importante que sea, que supere ese límite.
Calzado galáctico
Uno de los artículos con mayor demanda en la Web 3.0 son las zapatillas con propiedades fantásticas. Una de las marcas emblemáticas es RTFKT, que se presentan como un estudio de 'sneakers' coleccionables para el metaverso.
La empresa fundada dos años atrás por Benoit Pagotto, Chris Le y Steven Vasilev, consiguió vender 621 pares de zapatillas NFT diseñadas por el artista Fewocius de 18 años. Tal fue el éxito de esta serie, que se agotó en cuestión de minutos, arrojando un saldo de 3,1 millones de dólares.
El poder de innovación de estos jóvenes llamó la atención de las grandes ballenas. Así que, al año de su fundación fue comprada por Nike con el objetivo de "acelerar su transformación digital y lanzar coleccionables de próxima generación que fusionen cultura y juegos".
Mientras tanto Adidas Original reservó 144 parcelas en el universo digital evolutivo The Sandbox para abrir su primer megastore en un metaverso. Para conseguir la habilitación tuvo que desembolsar más de 400 ETH, es decir, 1,7 millones de dólares.
De esta forma, el gigante alemán de la industria deportiva exhibe prendas virtuales en avatares de plataformas de arte digital como Bored Ape Yacht Club (BAYC), Gmoney y Punks Comic. Mediante la tecnología de los tokens no fungibles, cada una de estas propuestas es única y, por lo tanto, adquirible mediante la criptomoneda Ether.
Alta costura
Las grandes marcas de alta costura, calzado y accesorios están haciendo su aparición en la pasarela de lo no tangible: Ralph Lauren, Zara, Tommy Hilfiger son algunas de las iniciaron sus campañas en diferentes plataformas.
El director de Balenciaga, Cédric Charbit, que exhibió algunas de sus creaciones cibernéticas, anunció meses atrás que la casa está creando un departamento dedicado exclusivamente a la Web 3.0 con el objetivo de explorar oportunidades comerciales y de marketing.
Otras como Moschino, y Valentino ya ingresaron al mundo del gaming y venden sus “skins” para personalizar los avatares de juegos como Los Sims, Fortnite y Animal Crossing.
Mientras que Gucci sentó las bases con su propio universo en Roblox, donde más de la mitad de los usuarios tienen menos de 13 años. La marca italiana diseñó distintos espacios, desde un romántico jardín hasta una ciudad japonesa y durante dos semanas los usuarios pudieron adquirir de forma exclusiva productos de Gucci (NFTs) en formato digital.
Incluso Decentraland organizó el mes pasado el Metaverse Fashion Week, una gala en donde The Fabricant realizó desfiles junto a la italiana Dolce & Gabbana, la empresa de moda alemana Hugo Boss, DKNY y Paco Rabanne.
En la pasarela había productos exclusivos del metaverso, pero también había algunas creaciones que podían ser recibidas por los interesados en la puerta de sus casas, con un gran moño rojo.
El mundo intangible no está libre de acusaciones. La última disputa ha tenido como protagonista a los NFTs de MetaBirkins, colección de 100 bolsos digitales del artista Mason Rothschild.
La polémica se produjo porque los modelos de su colección son muy parecidos al clásico Birkin de Hermès. La empresa de lujo francesa ha querido denunciar estos artículos ya que, según declararon, infringen los derechos de marca comercial y de propiedad intelectual.
Las principales firmas de moda apuestan a la ropa intangible https://t.co/vIvP42Unbt pic.twitter.com/ErNDqGJOlZ
— Marie Claire Argentina (@marieclairearg) May 24, 2022