VIDEO | Series y sexo: por qué nos estimula el erotismo en las plataformas digitales
Es innegable que las series con mayor contenido erótico son las que tienen más éxito, aunque las escenas sexuales no tengan que ver con la trama. Esto se debe a los estímulos que recibe nuestra libido y que genera una necesidad sexual casi de inmediato
Desde las escandalosas y bastante explícitas escenas de sexo de las primeras temporadas de Game of Thrones (Juego de tronos), que se estrenaron hace más de diez años, la tendencia fue incrementar este tipo de contenido -siempre cuidado y con anclaje en el argumento- para generar adherencia del público sino a la historia, por lo menos al estado horny (ardiente) en el que quedan los espectadores al terminar cada capítulo.
Así, con el tiempo vimos engrosada la grilla de las plataformas con series que en sus títulos, a priori, no manifestaban argumentos de contenido sexual o erótico, pero que rápidamente se disparaban en en ránking de las más vistas. Pronto empezamos a notar que muchas de estas series se posicionan entre las favoritas gracias a su contenido erótico que acompaña la trama y que -por confesiones de allegados y amigos- sabemos que tienen una alta incidencia en el mejoramiento de la vida sexual de sus parejas.
Entonces la pregunta inminente es: ¿Qué se activa en las personas que ven a otros teniendo sexo en la pantalla? e inmediatamente se asocia de alguna manera con la pornografía
En este sentido, la psicóloga y sexóloga argentina Emilse Rojo hizo una comparación las series con contenido sexual y las filmaciones que son específicas de la industria del porno. Antes, el cine mostraba escenas menos explícitas: “Quizás no se mostró tanto, quizás se veía a dos personas debajo de una sábana y ahora se muestra más fuerte, todo expuesto”. Esto provoca una excitación y un inmediato deseo de tener relaciones, según explicó Rojo.
Pornografía no es lo mismo
Por el contrario, la pornografía -que en principio puede tener el mismo efecto- puede llegar a generar trastornos y disfunciones debido al carácter ficticio de las filmaciones, que muestran imágenes, posiciones y anatomías fuera de la normalidad. “La pornografía está hecha para el cine y para el consumo, entonces tiene muchos efectos especiales: tienen erecciones que duran horas, tienen cuerpos súper depilados, musculosos, eyaculaciones de litros, todo muy exagerado”. Cuando las personas reales no se ven como los actores porno ni pueden ejecutar esas acrobacias -sobre todo los adolescentes- se frustran mucho y aparecen disfunciones sexuales sobre todos en los varones. “Ellos comparan el tamaño, la erección, el tiempo de erección, la cantidad de eyaculación”, explica a sexóloga.
En el caso de las mujeres, se produce mucha inseguridad con el cuerpo, ya que no se parecen a las actrices de los videos pornográficos y esto provoca “en la intimidad no quieren tener la luz encendida o que las miren, sacarse la ropa. Esto juega en contra de la autoestima”, asegura Rojo.
Sin embargo, no todo consumo de pornografía es malo. Según la especialista, se aconseja a las parejas que necesitan cierto estímulo, consumir este tipo de producciones porque pueden ayudar a incentivar la vida sexual “aunque a los adultos a veces les da mucha vergüenza que les sugieran en consulta ver pornografía”.
Un dato interesante que destacó la licenciada Rojo fue que en la actualidad muchas parejas se animan a grabar sus propios videos: “Después lo suben y los comparten. Está bueno porque se pueden ver esas escenas como algo más natural, cuerpos reales que se filman en la casa y también se puede ver un poco más de afecto, besos, caricias, miradas, risas, palabras, y que se diferencia de la pornografía en que está hecha para el cine, donde todo resulta muy falso”, explica.