Editorial
Bajo presión K

Alberto Fernández se lee a sí mismo

El Presidente no entiende la manera de hacer política y se encierra en sus propios escritores, quienes son de La Cámpora. (Dibujo: NOVA)

Alberto Fernández analiza entregar un ministro para frenar la embestida que esta semana le lanzaron desde el kirchnerismo para que cambie el gabinete.

El sector de Cristina Fernández de Kirchner pide la cabeza de Martín Guzmán, Matías Kulfas y Claudio Moroni. El reclamo no es al azar: son los únicos tres ministros que pertenecen al riñón del Presidente.

Alberto pareció tomar nota del avance sobre esos 3 ministros y habló en la asamblea anual de la CAME de manera elogiosa de esas 3 áreas.

"El crecimiento es muy grande, la recuperación del empleo es real y el consumo crece, pero debemos tenemos que ponernos a trabajar todos para que la inflación no se vuelva ganancia de unos pocos y pérdida de muchos", dijo el presidente en Parque Norte.

"Tenemos un programa económico muy bien definido donde la producción es uno de los temas que nos preocupa, y eso está funcionando bien porque la economía sigue creciendo, la producción sigue aumentando y la capacidad instalada cada vez se usa más", dijo.

En el albertismo creen que el kirchnerismo inició una embestida desde la provincia de Buenos Aires que no terminará hasta que el presidente no entregue alguna pieza.

La última semana fue una de las más feroces en ese sentido. El lunes Andrés "El Cuervo" Larroque chicaneó a Juan Zabaleta en público. Un día después culpó a Guzmán por la derrota en 2021 y luego la jefa de senadores provinciales, Teresa García, directamente le pidió la renuncia.

Ese mismo martes Máximo Kirchner y Axel Kicillof reunieron a dirigentes bonaerenses para institucionalizar el Frente de Todos en la provincia y dejaron afuera al albertismo. Este jueves, en medio de la ofensiva, Kicillof encabezó un acto con los rivales internos de Guzmán en Economía, Darío Martínez y Federico Basualdo.

En el albertismo también tomaron como parte de la embestida la jugada de Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina, que exigió que Gustavo Béliz concurriera al Congreso para dar explicaciones por la misión de Estados Unidos que visitó el país para inspeccionar los acuerdos nucleares con China, que incluyó un ex agente del FBI.

Para bajar la tensión con Cristina, Alberto ya le dijo a sus colaboradores que deberá entregar a algún ministro, pero no definió cuál.

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