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Si el Gobierno nacional venía con un quiebre importante, el nivel de inflación registrado por última vez por el INDEC lo puso en jaque definitivamente, dejando en evidencia una crisis imposible de revertir no solo de cara a 2023, sino además, para quien le toque conducir el país los próximos años.
Enceguecida por su hambre de poder, Cristina Fernández de Kirchner profundiza la guerra con Alberto Fernández y se entretiene en su afán por dominar la Justicia, apelando a la reforma del Consejo de la Magistratura, órgano que tiene -nada menos- la atribución de seleccionar los jueces federales y nacionales, y controlar su desempeño, además de administrar el Poder Judicial de la Nación.
Y a la grieta interna del Frente de Todos se le suma el creciente rechazo de la performance del Presidente en el contexto socioeconómico actual, que tiene a todos los sectores en estado total de ebullición.
El tractorazo realizado por el campo el sábado pasado fue el grito de hartazgo contra las medidas que buscan perjudicar a un sector clave de la economía interna y externa, que suele transformarse en el salvavidas al que apelan los jefes de Estado cuando carecen de capacidad de gestión y deciden recurrir a expropiarles una tajada de capital a “los que más tienen”.
Aunque no hizo mención directa al tema, AF utilizó su cuenta en Twitter para repostear un mensaje de Claudio Ferreño, jefe del bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña, que apuntó a la oposición, y principalmente a la gestión de la Ciudad. "Quieren volver a la Argentina anterior a Perón. Desde que el macrismo primero y sus acólitos después accedieron al gobierno de la Ciudad, la triste realidad de la gestión liberal refleja que el inventario de bienes públicos no ha parado de descender", escribió. Y agregó: "Cuando lograron ser Gobierno nacional, multiplicaron en su propia gestión los cargos y los planes que hoy critican".
Una muestra más de que lo mejor que hace este Gobierno es mirar hacia atrás y tirar la pelota hacia afuera. Jamás la frente en alto con ideas o medidas estructurales que puedan diseñar y construir un futuro.
Mientras el Presidente sigue en el limbo, dadas las proyecciones de crecimiento inflacionario sin freno, los sindicatos comenzaron a presionar solicitando reapertura de paritarias. El primero en rozar la barrera del 60 por ciento fue Comercio, que cerró un 59,5 por ciento anual, a pagar en 7 tramos hasta enero de 2023. Enseguida, Bancarios lanzaron su anuncio de paro total para este jueves 28, día clave para el pago de sueldos antes del fin se semana, en reclamo de aumentos salariales que superen dicho porcentaje, entre otras medidas. Por si fuera poco, Alimentación se sumó al reclamo tras haber cerrado el convenio anual en un 52,7 por ciento, y sumó tres pedidos de revisiones de lo pactado.
Sin duda, estas demandas que deberán atender los empresarios se verán reflejadas en un nuevo aumento de precios, ya que para poder cumplir con el pago de estos sueldos seguirán haciendo lo mismo: trasladar esos costos a los productos y servicios, con lo cual el bolsillo del consumidor se verá aún más ahogado.
La rueda inflacionaria se convierte de este modo en una amenaza que hunde cada vez más al país en la pobreza, mientras el mandatario nacional ocupa su tiempo en putear a la oposición por afirmar una realidad irrefutable: que su Gobierno está acabado. “El que quiere hacer creer que en 2023 estamos perdidos, ¡un carajo estamos perdidos!”, disparó en un plenario del PJ realizado en José C. Paz, en un grito de impotencia generado por su deplorable accionar al mando de la Nación. Es simple: así como en la cancha se ven los pingos, en las urnas se verán los votos.