Agustín Barletti presenta la segunda edición Salteadores Nocturnos, las vivencias del presidente Illia



Por Noël Gibelli, especial para NOVA
En esta nota, NOVA charló en profundidad con el periodista y escritor Agustín Barletti, quien además, es abogado. Cómo conviven esas profesiones y pasiones, cómo despertó el interés por la escritura, la influencia de su madre, el mundo y sus cambios. Todo en esta nota exclusiva.
NOVA: -¿En dónde nació Agustín?
Agustín Barletti: -Nací circunstancialmente en la Capital Federal, pero pasé toda mi niñez en San Isidro provincia de Buenos Aires.
N: - ¿Cómo transcurrió su infancia?
AB: -Fue una etapa maravillosa, junto a mis padres y cuatro hermanos en una casa con gran jardín y piscina.
N: -¿De qué manera llega a usted el interés por el mundo del periodismo y las leyes?
AB: -La vida muchas veces nos lleva por rumbos insospechados. Cuando en 1990 regresé de Francia luego de obtener un doctorado en Derecho Constitucional en la Sorbona, en Argentina se comenzaba a hablar de reformar la Carta Magna. El cambio se produjo en 1994 y allí se tomaron en cuenta muchas de las propuestas de mi tesis doctoral.
En esos años, fui consultado por legisladores, periodistas, convencionales constituyentes y jueces, pero luego de la reforma, como era lógico, el interés decayó. Intenté crear sin éxito una fundación de estudios jurídicos en derecho público con el aporte de empresas porque quería hacer lo que me apasionaba: investigar. Comencé a ver entonces en qué actividad podría seguir investigando y así fue que, con los conceptos aprendidos en mi diploma superior en Derecho Internacional Privado Aplicado al Comercio Internacional también obtenido en la Sorbona, comencé a escribir artículos periodísticos sobre estos temas, a los que luego agregué los rubros de transporte y logística. Es así como desde hace 23 años, soy el editor del suplemento Transport & Cargo del diario El Cronista.
N:- ¿Cuándo comienza su carrera como escritor?
AB: -Escribo desde que tengo uso de razón. Mi mamá esperaba el Día de la Madre para leer las cartas que le escribía. Ya desde niño entendí que nada mejor que las letras para expresar sentimientos y sensaciones.
No obstante, mi debut en la publicación de libros se origina en 1994 con la obra “Consenso o División” (Editorial Plus Ultra) sobre los desafíos de la reforma constitucional en Argentina.
En 1998 escribí la primera versión de la novela histórica “Salteadores Nocturnos” sobre la vida y la obra del presidente Arturo Umberto Illia (Editorial Hommo Sapiens). Luego, en 2012 fue el turno de “Hazaña en Gibraltar” (Editorial Columbus) donde cuento mi experiencia personal tras unir Europa y África a nado por el Estrecho de Gibraltar.
En una tónica parecida es el libro “Malvinas, entre brazadas y memorias” (Editorial De Los Cuatro Vientos) de 2019, donde relato mis vivencias luego de unir a nado las islas Malvinas por el Estrecho de San Carlos.
De corte técnico es el libro “Periodismo Especializado” de 2019 (Editorial Columbus) donde intento brindar un panorama sobre los antecedentes, la visión actual y perspectivas futuras del periodismo segmentado y referido a un rubro específico.
En 2021 publiqué cuatro obras. La segunda edición corregida y aumentada de la novela histórica “Salteadores Nocturnos” (Editorial De Los Cuatro Vientos) sobre la vida y la obra del presidente Arturo Umberto Illia, y una trilogía que propone un nuevo sistema de navegación para la Argentina (Editorial Globalports): “La hora del canal Magdalena”, “Canal Buenos Aires, el eslabón perdido” y “Canal Martin Irigoyen, hacia una nueva vía navegable”.
N: -¿Qué puede contarnos sobre la segunda edición de “Salteadores Nocturnos”, sobre la vida del Presidente Arturo Illia?
AB: -Se trata de una versión corregida y aumentada de aquella publicada en 1998. Corregida, porque el tiempo transcurrido sirvió para que este escritor que está cerca de cumplir seis décadas de vida, regañara y enmendara varias sentencias de aquel soberbio autor de treinta y seis años que llegó a sentirse dueño de la verdad. Debo reconocer que suavicé algunos textos que, al releerlos, me hicieron sonrojar y a la vez preguntar cómo pude ser capaz de tamañas impertinencias. Noté, confieso, que la experiencia ganada en estos años me dio más rigor científico, pero también endureció mi pluma. Por más que lo intenté, fue imposible encontrar el estilo fresco y desprejuiciado de aquellos tiempos, cuando las metáforas y los giros idiomáticos surgían de manera espontánea. Seguramente la profesión de periodista anquilosó mi escritura a partir de frases cortas con pocas vueltas. Busqué, sin éxito, reencontrar ese modo de escribir hasta que caí en la cuenta de que el mismo formaba parte de una etapa de mi vida que ya no volverá.
Decía también que esta segunda edición está aumentada casi en el doble de páginas por la inclusión de contenidos en la mayoría de sus capítulos. Esto se debe a documentación que, por el tiempo transcurrido, ya está desclasificada. También a la aparición de nuevos archivos de texto, audio y sonido del propio Illia, y de quienes lo acompañaron, y la publicación de otros libros que echaron luz sobre su vida. La digitalización y la informática, con poco desarrollo en tiempos de la primera edición, hicieron su aporte. Por ejemplo, pude acceder a las partidas de nacimiento, casamiento y defunción de los padres, abuelos y bisabuelos de Illia para transmitir mayor precisión sobre sus antecedentes familiares. Asimismo, fue posible consultar la serie de cables remitidos a Washington desde la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires entre 1963 y 1966.
N: -¿Pudo conocerlo?
AB: -La familia Illia y la mía eran amigas y desde mi infancia tengo recuerdos con el gran demócrata. A principios de los 80, siendo estudiante de Derecho, tuve la oportunidad de disfrutar varios encuentros cara a cara con Illia donde relató hechos poco conocidos de su vida. Luego de su fallecimiento, en 1983, me propuse escribir su historia y comencé a recopilar miles de documentos junto a horas y horas de grabaciones, tanto de su propia voz como de sus allegados. Sin embargo, había algo que me frenaba a la hora de ponerme a escribir.
La incógnita se develó cuando comprendí que estaba acopiando material para escribir una biografía ortodoxa que terminaría bostezando en los estantes de las bibliotecas.
Intenté entonces dar una pátina literaria a las descripciones, las escenas y los diálogos, aunque debo avisar que la gran mayoría de los personajes y acontecimientos narrados son reales y están documentados por distintas fuentes.
La vida de Illia fue una aventura de pasión y de amor por el país, y así habría de reflejarla. Por eso decidí desprenderme de ataduras y rigideces; cambié el foco de análisis, y me consagré a trasladar esta novela de vida al papel y la tinta de una vida novelada.
N: -¿Cómo vivió la experiencia?
AB: -Escribir un libro es una de las aventuras más maravillosas que alguien pueda emprender. Se alcanza un estado emocional único e irrepetible sobre todo en los tramos finales cuando se llega a la conclusión de que no vale la pena ni dormir, ni comer. Recién se encuentra la paz frente a ese texto a punto de ser parido.
N: -¿Cuál es el resultado que espera obtener con dicha obra?
AB: -A casi 120 años de su nacimiento, el perfil de Arturo Illia, sigue envuelto en un nebuloso desconocimiento. Pocos saben que Illia vivió en Europa entre 1933 y 1934, y fue testigo del naciente fascismo al asistir a los actos públicos de Hitler y Mussolini.
Hasta durmió un par de noches en un calabozo berlinés por negarse a saludar con el brazo en alto a una patrulla de las SS. Luego palpó de cerca las monumentales democracias de los países nórdicos y concluyó, por simple comparación, en las ventajas del sistema republicano.
Casi nadie conoce que unos años más tarde Illia fue enviado al norte argentino a negociar con oscuros traficantes la compra de armas de rezago de la guerra chaco-paraguaya para defender al gobierno cordobés de Amadeo Sabatini ante una posible intervención federal a la provincia. Tampoco que no fue un médico rural, sino un investigador de primer orden que junto a Salvador Mazza cambió la teoría vigente hasta los años 30 respecto de la lucha contra el mal de Chagas.
Illia fue un estupendo gobernante y así los indican los guarismos de sus casi mil días de gobierno, pero también fue un estadista que supo adelantarse a los acontecimientos, como cuando en 1964 se convirtió en el primer Presidente de todo el mundo Occidental en comercializar con China.
N: -¿Dónde podemos adquirirlo?
AB: -El libro se encuentra en las principales cadenas de librerías de la Argentina, y en los sitios de compra online. También existe una versión para Kindle, disponible en la web.
N: -¿Cómo puede el público ponerse en contacto con usted?
AB: -Por Instagram y Facebook como Saltadores Nocturnos, o en LinkedIn, Agustín Barletti.
N: -¿Cuál es su sueño para nuestro país?
AB: -Que volvamos a la senda de honradez y eficiencia republicana de Arturo Illia. Si los argentinos un día tuvimos la inteligencia de elegir a un Presidente con tamañas virtudes, ¿Por qué no seríamos capaces de repetir el acierto en el futuro?