A medida que crece el temor no solo en la sociedad, sino también dentro del Gobierno, por los datos de la inflación de marzo que se conocerán en breve, el Frente de Todos sufre la peor crisis de su existencia, con Alberto Fernández en el centro de la hecatombe.
Luego de que meses atrás Cristina Fernández mostrara sus primeros signos de rechazo a sus decisiones políticas, echándole en cara los “funcionarios que no funcionan” frente a los oídos de millones de argentinos, e incluso apelando a cartas públicas, la cuestión del acuerdo con el FMI acentuó la grieta interna de este volcán en erupción que se agranda cada vez más en el espacio oficialista, y que no deja de escupir lava.
Con el aval de su madre, Máximo Kirchner sobrevuela la escena catastrófica de la Argentina haciendo leña del árbol “casi” caído que representa el Presidente, quien pierde cada vez más poder como consecuencia de su falta de capacidad para timonear el rumbo económico y político del país, bajo la incesante presión de “La Jefa”.
Tras abandonar su cargo de presidente del bloque de diputados oficialista, disconforme con el trato con el FMI, el hijo de los dos expresidentes volvió a sacar pecho en actitud desafiante y le enrostró al debilitado mandatario nacional: "Que no nos vengan a explicar lo que son situaciones difíciles. Sabemos que gobernar no es soplar y hacer botellas", chicaneó el dirigente de La Cámpora. Tal vez olvidando que la administración conducida por su madre dejó un país sensiblemente afectado por la inflación, que luego empeoró la gestión de Mauricio Macri.
"Vi al ex presidente Néstor Kirchner gobernar en una situación muy difícil. Y lo mismo a la ex presidenta Cristina, que le tocaron situaciones muy difíciles y se paró de manos”, agregó, tratando de cobarde a Alberto Fernández.
Sin quedarse atrás, en una irónica embestida, Cristina decidió hacerle un obsequio muy especial al Presidente por el día de su cumpleaños: “Diario de una temporada en el quinto piso”, de Juan Carlos Torre, un libro que tiene como subtítulo “Episodios de política económica en los años de Alfonsín”, con el cual le sugirió que aprenda unas cuantas lecciones sobre cómo gobernar a su fracasado discípulo.
En este escenario de pujas internas dentro del oficialismo, el ala albertista no se quedó atrás y salió a brindarle apoyo al Presidente, apelando al reordenamiento del partido y a dejar de “lastimarnos”, como dijo el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, en un acto en Santa Fe. Y agregó, mientras lucha contra las continuas protestas de los piqueteros: “Los argentinos están muy golpeados como para que nos estemos golpeando. Quiero dar las discusiones que de verdad le importan a los argentinos".
Por su parte, el ministro de Hábitat, Jorge Ferraresi destacó: "La primera tarea es recuperar la convicción de construir un Gobierno que tenga proyección en el 2023 (…). Dejémonos de joder y pongamos a la Argentina de pie".
El exministro de Defensa, Agustín Rossi, se sumó a estas súplicas. Llamó a construir una "potencia electoral para que en 2023 no vuelva a gobernar el neoliberalismo en Argentina" y consideró que Macri "necesita el caos para volver, porque nadie se va a olvidar de su horrible Gobierno".
En tanto, la secretaria legal y técnica, Vilma Ibarra -persona de extrema confianza del Presidente- también se pronunció sobre este tironeo que viene deshilachando al Frente de Todos. De manera contundente, apuntó al ala dura del kircherismo con un mensaje directo: “Esto es un compromiso que se tomó frente a la sociedad. Hemos pasado años muy difíciles y la gente tiene muchas preocupaciones y no me parece que esté esperando de la dirigencia política que se esté peleando, sobre todo cuando dijo que iba a estar junta, trabajando por la sociedad”.
Y sostuvo: “Tenemos que ser responsables del momento que estamos viviendo, y de dos cosas centrales: una, evitar cualquier situación que genere o lastime la autoridad presidencial y la unidad. Y segundo, si se lastima la unidad se amplían inmediatamente las posibilidades de que vuelvan las peores derechas neoliberales”.
En síntesis: Argentina está gobernada por un Presidente sin margen de maniobra para reposicionarse políticamente dentro de su espacio, en un contexto de profunda crisis socioeconómica. Si comulga con CFK, no cumple el acuerdo con el FMI. Si se sigue enfrentando a ella, la puja interna se acentúa, de cara a un 2023 que no va a presentar propuestas electorales viables. Con la única alternativa de un Javier Milei con propuestas de liberalismo que pretenden mostrarse superadoras y cuya imagen se proyecta cada vez con más fuerza entre los sectores más reticentes a pararse de un lado u otro de la grieta. Nada más en el horizonte, excepto una nefasta proyección inflacionaria del 60 por ciento para este año. Como afirmaba Charly García: "Say no more".