Editorial
La historia se repite...

Argentina se bajó los lienzos, una vez más

La Argentina, sometida a los condicionamientos del Fondo. (Dibujo: NOVA)

Finalmente, ocurrió lo que se anticipaba y el Congreso podría aprobar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que el gobierno de Alberto Fernández lleva cabo lo que, ellos lo niegan, significará un ajuste sobre el pueblo argentino.

Pero hasta los propios kichneristas saben que esto se traducirá, inevitablemente, en un ajuste, como se vio en las calles el último jueves con una ola de violencia que recuerda a las peores crisis de la Argentina o, por ejemplo, a la reforma previsional de Mauricio Macri.

Y justamente en aquel diciembre de 2017, cuando puertas adentro del recinto se convalidaba un recorte a los jubilados, sin piedad, el enojo popular (y la violencia) se hacía presente en las calles.

Cristina Kirchner, en aquel momento, tuiteaba: “Si el Congreso tiene que sesionar de esta manera, vallado y militarizado, es porque lo que se está debatiendo adentro va a en contra de los intereses de las mayorías”. Parece que la historia se repite otra vez...

Volviendo al presente, ahora Cristina se lava las manos y deja expuesto a quien ella eligió como Presidente de la Nación, con un video que pareció un montaje exagerado pero que da cuenta de los piedrazos a los despachos del Senado, incluido el de la vicepresidenta: “El FMI siempre actuó como promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en el pueblo argentino”, sostuvo.

La toma de la deuda fue de Macri, es totalmente cierto, pero la aprobación de este acuerdo es de su Gobierno: el de Cristina, el de Alberto, el del ministro Martín Guzmán. El contradictorio mensaje de CFK: por un lado, critica al FMI, pero por el otro busca convalidar la “estafa” de Macri.

Esto no hizo más que mostrar la “hilacha” en el Frente de Todos que es un hervidero por estos días, con cruces de todos contra todos. Fue Andrés Larroque el primero en disparar contra Alberto Fernández.

“El Cuervo” se quejó de forma directa contra la Casa Rosada, sin disfrazar su mensaje: “Aturden el silencio y la parsimonia del gobierno frente al ataque al despacho de la vicepresidenta”, dijo tajante y encendió la llama de la polémica.

Los aliados de Alberto no tardaron en contestar y fue Aníbal Fernández, un referente histórico, también ex jefe de Gabinete y ahora ministro de Seguridad, quien cruzó a Larroque: “Querido Cuervo, ‘te aturde el silencio y la parsimonia’ del gobierno ante el ataque a oficinas de Cristina pero ¿sabes una cosa? No es así. Ante la agresión, el Presidente se comunicó con Cristina y un colaborador interesándose por la situación y poniéndose a disposición”, escribió en Twitter.

Pero esto no es más que una muestra de lo que viene ocurriendo desde que comenzó el año; el peronismo atraviesa por su peor y feroz interna desde que asumió el Frente de Todos en el Gobierno. El Fondo dividió las aguas.

Es así que fueron 28 los votos negativos de diputados oficialistas, con Máximo Kirchner a la cabeza tras su renuncia que terminó de despertar la grieta peronista y varias abstenciones, entre ellas por ejemplo la de Daniel Gollán, hombre de confianza de Cristina y de Axel Kicillof.

En medio de este tironeo está la Argentina, que ahora se baja nuevamente los pantalones ante el Fondo Monetario Internacional, una vez más demostrando que la historia es cíclica y donde pareciera ya vislumbrarse un final repetido de una película que ya vimos.

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