Los fluidos de los gladiadores eran producto de primera calidad en Roma. Si querían ganar unas buenas monedas el sudor de los gladiadores se utilizaba como perfume y como tratamiento de belleza.

El sudor también se recogía en frascos y se vendía como recuerdo. La sangre de los gladiadores ya se usaba ampliamente como afrodisíaco.

En su noche de bodas los recién casados realizaban un ritual en el cual separaban sus cabellos con una espada mojada en la sangre de un gladiador fallecido. Eso significaba que su vida matrimonial sería larga y con muchos hijos.

Algunos gladiadores se construían una reputación

En la sociedad romana los gladiadores tenían poca o ninguna posición social. No todos los gladiadores eran esclavos o prisioneros, pero la gran mayoría lo eran.

Cundo comenzó la tradición de los gladiadores, muchos hombres libres que pertenecían a los estratos más bajos de la sociedad se vendieron para participar en combates.

Los gladiadores estaban al mismo nivel que las profesionales de relaciones íntimas, los actores y las bailarinas.

Es decir, tenían un estatus de infamia, pero eso no impedía que los gladiadores buscaran la fama y el reconocimiento.

Considerados valientes alcanzaron la celebridad con sus victorias y fueron codiciados por las féminas, mientras que eran relegados a la periferia tras ser utilizados.

Las multitudes admiraban a los gladiadores por arriesgar su vida, pero eran considerados poco más que trabajadores.

Gladiadores símbolos sexuales como acompañantes masculinos

No solo las mujeres ricas contrataban a los gladiadores. Los hombres también lo hacían.

Con el tiempo los gladiadores perdieron la capacidad de controlar sus cuerpos, tanto como esclavos como hombres libres que se convirtieron en guerreros voluntariamente. A pesar de ello, la perspectiva de las relaciones amorosas no siempre era desagradable.

Se esperaba que los gladiadores aprovecharan las oportunidades de utilizar sus cuerpos como instrumento de lujuria carnal. Algunos lo consideraban un privilegio del trabajo.

Gladiadoras

Las gladiadoras o gladiatrix no eran tan comunes como sus homólogos masculinos. Cuando llegaban a la arena eran muy sensualizadas.

Las gladiadoras llevaban tanga a diferencia de la túnica que usaban los hombres y no tenían casco, presumiblemente para lucir sus rostros y peinados.

Las luchas de gladiadoras representaban el colmo del lujo y la indulgencia. Solían celebrarse en fiestas privadas de la élite romana.

Pruebas arqueológicas indican que las mujeres utilizaban las mismas armas que los hombres.

Una estatua que se cree representa a una gladiadora la muestra con los pechos desnudos sosteniendo una espada corta.

Gladiadores símbolos sexuales en combate

Durante la época imperial las mujeres de la nobleza romana se interesaron cada vez más por acercarse a los gladiadores.

Ovidio, un escritor de aquel tiempo, solía decir que el mejor lugar para conocer a una romana era durante los combates de gladiadores.

Describió la atmósfera que rodeaba al combate de gladiadores en el arte de amar.

Para hombres y mujeres los gladiadores eran todo un afrodisíaco.

Para intentar combatir el coqueteo y los deseos carnales, el emperador Augusto ordenó el traslado de las mujeres al nivel superior del anfiteatro.

Pero esto no ayudó mucho a eliminar los celos y la ira por tal situación.