Editorial
Desidia

El patético arquero que aún no logró atajar una sola pelota

Alberto Fernández disfrutando una tarde de playa, ignorando todos los problemas que aquejan a los argentinos. (Dibujo: NOVA)

La desidia, la improvisación y la metodología de atar con alambre las problemáticas que día a día agravan la crisis que atraviesa la Argentina ya se han convertido en un rasgo característico del Gobierno que prometía desintoxicar al país de los males gestados durante la gestión anterior.

Mientras el fuego seguía consumiendo territorio en Corrientes, generando una situación no solo desesperante sino además catastrófica en la provincia –que ya afecta al 10 por ciento de su territorio-, el presidente Alberto Fernández se mostraba muy jocoso atajando penales en una playa de la Costa Atlántica. Así fue: con zapatos, camisa y pantalón largo, jugó a ser arquero, pasando por alto el sufrimiento de productores y residentes correntinos ante pérdidas irreparables.

Tras manifestar su “quiebre” con el kirchnerismo, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, fue uno de los referentes que aprovecharon la oportunidad para reprocharle al Gobierno nacional la inacción frente a estos terribles sucesos. “Lo digo con todo el dolor del alma. Últimamente la política ha dejado al descubierto sus miserias y los argentinos podemos darnos cuenta por qué siempre estamos donde estamos”, afirmó.

A pesar de que los incendios y la sequía extrema en la provincia ya causaron pérdidas por más de 26.000 millones de pesos en el sistema productivo correntino, el jefe de Estado recién activó medidas no muy sanadoras este domingo, al anunciar mediante sus ministros Matías Kulfas y Julián Domínguez una “asistencia” mediante créditos. Los cuales los productores deberán pagar, por supuesto.

¿El anuncio intempestivo se habrá definido tras conocerse que el joven influencer Santiago Maratea logró recaudar, mediante una campaña solidaria, más de 110 millones de pesos para combatir el fuego? Una cifra que fue creciendo de manera astronómica en pocas horas, dejando al descubierto la bochornosa ineficiencia de la administración albertista.

Sea como sea, como era de esperar, la supuesta “ayuda” tardía del Estado nacional solo sirve para endeudar al sector de la población que quedó quebrado por la catástrofe. Para mayor claridad: ninguna solución, más dolores de cabeza. Sin mencionar la destrucción medioambiental que el ministro Juan Cabandié desatendió de manera inadmisible, probablemente por su falta de conocimiento en la materia, dado que es otra de las figuritas k puestas a dedo dentro del Gabinete. De todos modos, como dice el refrán, la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer.

El mismo día en que se definió otorgar estos créditos, el Presidente de la Nación estaba tan concentrado en apagar el fuego, que decidió darle retweet a una publicación de su vocera, Gabriela Cerruti, que se trenzó en una discusión estéril con el ex presidente Mauricio Macri, luego de que éste dijera que el país atraviesa “el mayor éxodo de argentinos de su historia”, a lo que la figurita de turno respondió: “No es cierto que hayan cifras reales ni estadísticas que hablen de un éxodo de argentinos. Ese relato en el que insisten algunos espacios políticos y medios sólo busca generar desánimo y minar nuestra autoestima y la confianza en nuestro futuro”.

Evidentemente, la cabeza del mandatario nacional está lejos de atender las cuestiones prioritarias y de emergencia, lo cual -tristemente- no es una novedad. ¿Qué tal si se calza la camiseta albiceleste de una vez por todas y bloquea en el arco todos los pelotazos que intentan atajar día a día los argentinos, hartos de padecer las consecuencias de la torpeza, el abandono y el cinismo de la clase gobernante?

Lectores: 557

Envianos tu comentario

Nombre:
Correo electrónico :
Comentario: