“Siempre fui fan de las revistas y de la música. Por eso tal vez, intenté conciliar estos dos oficios desde muy joven. Muy joven, así llegué a ser colaborador de una revista emblemática de generaciones anteriores como fue Expreso Imaginario y en esa publicación facturé por primera vez mis notas. Pero sería recién en colaboración con Tom Lupo, que podría diseñar y dirigir mi primera revista comercial que se enfoca en el Rock argentino”, destacó.

Además, informó que fue en 1983 y la revista se llamó "Twist & Gritos". “Un año más tarde la música monopolizaba mi atención y fue el nacimiento del proyecto Comida China. Así, sin proponérselo casi, se conectaban ambos caminos. En 1992 me sumaba a la redacción de Ámbito Financiero y comenzaba una nueva aventura con mi otra pasión”, contó.

Pensando en el rock, comentó que el Rock N’ Roll tiene un “significado variado a lo largo de las décadas''. Al comienzo fue una erupción, un estallido, cierta actitud, una voz que no pedía permiso para ser escuchada. Con el tiempo, se transformó en un negocio muy rentable para la industria musical. Esa bonanza a veces incluía a los músicos, pero no siempre”.

“Que ya no es tan rentable, es una opción más en las plataformas de streaming. Ni siquiera la más popular. Sin embargo, esa lección de humildad para los artistas del género frente a una pléyade de artistas más jóvenes de otros estilos más taquilleros, como el trap por ejemplo, tal vez permita que aparezcan nuevas expresiones, más auténticas, que renueven el rock, tal vez algo anquilosado por la repetición de copiarse a sí mismo”, dijo.

Rafael Bini, por otro lado, contó que Comida China fue como un semillero de los '80. Allí, el contexto de apertura que vino con la democracia en 1983 permitió que aflora una nueva generación de músicos, poetas y performers y que se impulsará gracias a las propuestas de los artistas que venían resistiendo creativamente desde los años 70. Esa mezcla, ese mix fue explosivo. Como nadie se veía forzado a mantener imposturas extramusicales, todos los músicos tocaban con todos y la escena musical también era bastante dinámica. Te diría que eso favoreció mucho la confluencia de talentos que se plasmó en el primer disco de CC”.

El grupo con tan solo 5 años intensos quedaron en el pelotón de los enormes. ”Tomábamos muy profesionalmente el desafío de crear un sonido nuevo, con líricas que generen sentido y no confusión, y la búsqueda estética era bastante meticulosa. Nos ayudó un contexto de músicos y gente amiga que compartía esa búsqueda. El resto es misterio”, describió.

Además, haciendo una retrospectiva del rock y su historia, recalcó que “hubo, al menos en la Argentina, una oleada de grandes solistas que hicieron época: Spinetta, García, Moris, Miguel Abuelo, Luca, Moura y Cerati. No han podido ser superados en música y letra. Dejaron la vara muy alta. Así fue que creció el show, pero se fue vaciando de contenido. En el panorama global, el rock cedió el paso a otros géneros preferidos por nuevas generaciones de consumidores de música envasada. Estas nuevas generaciones de a poco "descubren" el pasado reciente musical y se hacen fanáticos y lo reversionaron muy bien. Un ejemplo es Miley Cyrus”.

Por último, recordando Comida China, recordó que su nombre lo puso porque vivía por ese tiempo en un departamento céntrico, que tenía debajo un local de comida china. En los años ochenta no era algo tan común. Me gustó lo exótico de sus propuestas culinarias. Además el chino era amistoso y me fiaba”. Asimismo, le dejó un claro mensaje a la juventud: “Es un camino duro, muy costoso y que exige estudiar, saber, practicar y -por encima de todo- amar lo que uno hace. Si poseen eso y mucha decisión, lo tienen casi todo. Sin eso, es una calle sin salida”.