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Eurosufragios

El socialista António Costa ganó las elecciones parlamentarias en Portugal

Los votantes castigan duramente a los socios minoritarios de la "geringonça" y convierten a la extrema derecha en la tercera fuerza parlamentaria.

El socialista António Costa se llevó puestas las elecciones parlamentarias de Portugal con el 98,88 por ciento del voto escrutado, sumando así el 42,59 de los sufragios, que le colocaría cerca de la mayoría absoluta del Poder Legislativo nacional.

Vale recalcar que los ciudadanos castigaron duramente a los socios minoritarios de la "geringonça" y convierten a la extrema derecha en la tercera fuerza parlamentaria. Se trata del patriota André Ventura en representación del innovador espacio Chega.

A gran distancia se quedó el Partido Social Demócrata (PSD), con el 29 por ciento. La igualdad descrita por las encuestas en los últimos días entre ambos candidatos se ha diluido el día de la votación. La distancia que les separa, 400 mil votos de diferencia a favor del PS, hace inviable que pudiera formarse una geringonçaa la derecha si finalmente los socialistas no suman mayoría absoluta.

El cambio ya se intuyó con el sondeo a pie de urna de la Universidad Católica para la Radio Televisión de Portugal (RTP), que daba la victoria al Partido Socialista, muy cerca de la mayoría absoluta, situada en los 116 diputados.

Con la confirmación de estas estimaciones en el recuento oficial, el socialista António Costa afrontará su tercera legislatura con una situación mucho más cómoda en cuanto a sus propias fuerzas, aunque en un escenario más adverso a la derecha debido al avance de los ultras del Chega, la tercera fuerza con más del 7 por ciento de los votos con el escrutinio casi completo.

A título personal, el triunfo es un hito para Costa, que podrá convertirse en el primer ministro que más tiempo ha permanecido en el cargo desde la Revolución de los Claveles.

Los votantes han castigado duramente a los socios minoritarios que habían formado en 2015 la geringonça, el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Comunista Portugués (PCP). Ambas formaciones votaron en contra del Presupuesto de 2022 por discrepancias con el PS en materias como la subida del salario mínimo o el refuerzo del Sistema Nacional de Salud, y parecen haber sido responsabilizados por los electores.

De confirmarse, el gran batacazo de la noche fue protagonizado por el Bloco, que se mantenía como tercera fuerzadesde 2015, con 19 diputados. El partido ha sido superado por los ultras de André Ventura, que había presentado la superación del BE como uno de sus grandes objetivos en estas elecciones, y se quedó en el 4 por ciento de los votos, muy lejos del 9 que había conseguido hace 2 años.

En cuanto a la coalición formada por comunistas y Los Verdes (CDU) no había llegado al 4 por ciento. Al retroceso comunista también ha podido contribuir que su candidato, Jerónimo de Sousa, se tuvo que retirar de la campaña para someterse a una intervención de urgencia y solo se reincorporó en los últimos días.

Las encuestas apostaban por un gran empate entre el candidato conservador del PSD, Rui Rio, y Costa que las urnas han desdeñado. Con este resultado el escenario de Rio al frente del partido no es del todo tranquilizador, ya que es un ligero avance en votos respecto a 2019 pero no porcentajes.

En cualquier caso Rio dispondrá de un grupo parlamentario menos díscolo, ya que está formado mayoritariamente por afines, tras la marginación de muchos de los que apoyaron a su rival en las primarias, Paulo Rangel.

El bloque de la derecha ha experimentado grandes avances en su ala más radical. El partido de André Ventura, el Chega, está lejos de los porcentajes que su líder había previsto, pero en cualquier caso obtiene un gran resultado teniendo en cuenta que es una formación creada en 2019.

Su consolidación política acaba con la excepcionalidad portuguesa en Europa, ya que ha sido uno de los últimos países en asistir al crecimiento de un partido de extrema derecha. También sube notablemente Iniciativa Liberal, que tenía ahora un solo escaño y que defiende posiciones ultraliberales en economía y liberales en derechos sociales.

El único partido castigado en el bloque de la derecha ha sido el Centro Democrático Social (CDS), que tenía cinco escaños y en el pasado ha sido un partido de gobierno a través de las coaliciones con el PSD. Con el recuento al 90 por ciento tenía el riesgo de quedar fuera de la Asamblea.

La Cámara que saldrá de las urnas muestra tanto una profunda polarización y mantiene el pluralismo que se inició en 2015 y se agrandó en 2019. El ala derecha se ha radicalizado más con el avance de Chega e Iniciativa Liberal, mientras que a la izquierda se ha moderado, con el retroceso de BE y PCP.

António Costa salió a por la mayoría absoluta y cambió el discurso cuando vio que las encuestas le eran desfavorables. Sin embargo, parece que conectó con la voluntad de la mayoría de los portugueses, que han culpado de la crisis política a sus antiguos socios y le han concedido al PS una victoria más clara.

La fragmentación que han consolidado las urnas frustra en principio los deseos de Rebelo de Sousa para lograr un Gobierno que no dependiese de bandazos parlamentarios. Esta fue una de las razones que le llevó a disolver la Asamblea de la República y convocar elecciones a mitad de legislatura.

Después de votar en Celorico de Basto, un pequeño pueblo de 2500 habitantes en el norte de Portugal, aseguró que no se arrepentía y que había disuelto la Asamblea con el apoyo mayoritario del Consejo de Estado. "Lo que está hecho, está hecho. Yo confío en los electores. Nadie tiene que tener miedo de los votos de los portugueses ni de la democracia", señaló.

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