El último mes del 2021 visto en perspectiva, ha sido de lo más “divertido” –entre comillas- y vergonzoso del año en lo que respecta al Congreso de la Nación, un conjunto de papelones por donde se lo mire que protagonizaron los legisladores oficialistas en algunos casos y opositores, en otros, que dan cuenta de la (ir)responsabilidad política de los funcionarios electos por la voluntad popular.
Todo comenzó con el Presupuesto 2022 que fue rechazado y que se trató del primer round ganado por la oposición ante el oficialismo en el recinto, pero que también dejó algunas perlitas que hablan por sí solas.
Por ejemplo, el reciente diputado electo, economista y liberal, Javier Milei, que se llenó la boca hablando contra la “casta política” y que despotricó contra la función pública de forma infame pero ahora es parte de ella, pegó el faltazo en el primer día de trabajo, justamente, para la exposición de Martín Guzmán sobre el Presupuesto 2022. Es decir, arrancó con el pie izquierdo y en cualquier otro laburo, lo hubieran rajado de una patada…
Días posteriores, la segunda importante cita de diciembre en la Cámara de Diputados tuvo que ver con el proyecto de modificación de Bienes Personales que, en este segundo round, fue para el oficialismo y como siempre, dejó insólitas perlitas.
Es que la votación terminó a favor del voto positivo por una ajustadísima diferencia de 127 a 126 en la Cámara baja del Congreso y enseguida despertó resquemores hacia dentro de la oposición por el faltazo de tres de sus diputados, uno de ellos justificado por ser positivo de coronavirus.
En cuanto a los otros dos, se convirtió en un nuevo escándalo: Álvaro González, del PRO, viajó a Alemania por el casamiento de su hija, que según reveló, el resto del bloque ya lo sabía de antemano. Pero el mayor enojo vino con la cordobesa de Evolución Radical, Gabriela Brouwer de Koning, quien estaba de vacaciones en Disney…
La diputada, al igual que Milei, tomó su banca en la Cámara baja el pasado 10 de diciembre, tras ser electa en noviembre de 2021 y a los poquitos días, ya estaba de vacaciones, generándole una derrota legislativa a su fuerza.
Posteriormente, Brouwer de Koning emitió sus justificativos y aseguró que “al momento de pedir autorización para realizar este viaje, la sesión no estaba en la agenda parlamentaria” y que dicha travesía familiar estaba postergada desde diciembre de 2019, por la pandemia.
Estos argumentos no fueron suficientes para contentar al interior de Juntos por el Cambio; de hecho, Silvia Lospennato sostuvo que hay “ponerle nombre y apellido a los que incumplen el contrato electoral" y el diputado formoseño Fernando Carbajal fue tajante: "Estoy molesto con González y Brouwer porque teníamos la oportunidad de sacar el proyecto y no fueron", dijo.
En suma, los escándalos continuaron en la última semana del año y se trasladaron al Senado porque hubo polémica con el quórum ya que en el Frente de Todos hubo un caso positivo y la sesión estuvo demorada por más de 30 minutos. Sin embargo, tras algunos acuerdos, se llevó a cabo igual y el oficialismo obtuvo la aprobación definitiva del proyecto de Bienes Personales.
Esto no significa que la oposición no se hizo eco de las desprolijidades del oficialismo, porque bajaron al Salón de la Provincias en el Senado y en conferencia de prensa, Alfredo Cornejo denunció que “el Frente de Todos no consiguió el quórum en el tiempo determinado y reglamentario, específicamente aclarado. Con lo cual esta ley tiene vicios de nulidad, debido a no cumplir con el estricto procedimiento”.
No obstante, esto no fue problema para el Frente de Todos y la presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, que sacó la ley en tiempo récord, prácticamente sin discusión en la Cámara alta y ya se promulgó por Boletín Oficial antes de que se termine el año.
Toda esta suma de prácticas repudiables, desde las vacaciones y el atropello a las reglas internas, son una constante en la “casta política”, como decía Milei antes de pertenecer a ella. Una constante burla en la cara del pueblo que los eligió democráticamente para que ganen sueldos estrafalarios por, literalmente, trabajar poco y nada en el año.
Pero la gota que rebasó el vaso en esta oportunidad es que, para muchos de ellos, se trató del ¡primer mes! de trabajo parlamentario, tras asumir en sus bancas el pasado 10 de diciembre o, en el caso de Milei, directamente en su primer día de trabajo. Una total falta de respeto.
Por último, como para cerrar este un “cuento” lisérgico que es la política argentina, saliéndonos momentáneamente del Congreso de la Nación, en la Legislatura de Santa Fe pasó algo similar: el diputado peronista del Frente de Todos, Luis Rubeo, también pegó el faltazo a la votación del Presupuesto provincial (que perdió el oficialismo) porque estaba de vacaciones en las paradisíacas playas de las Islas Maldivas, con su pareja, quien inocentemente lo publicó en redes sociales y expuso al legislador.
¡Chapeau y buen año, argentinos!