La columnista invitada
Visión

Fiestas clandestinas de políticos

María del Carmen Taborcía, abogada y escritora.

Por María del Carmen Taborcía, especial para NOVA

Dio positivo por Covid-19 el 27 de marzo del 2020 y desde ese día permaneció aislado en su residencia oficial y de trabajo en Downing Street, Londres.

Ante la persistencia de síntomas y empeorar su cuadro, Boris Johnson el primer ministro británico, el 6 de abril debió ser llevado a terapia intensiva.

El Gobierno informó que, temporalmente, el canciller Dominic Raab asumiría sus funciones. Días más tarde Johnson fue dado de alta. A mediados de noviembre de ese año, Johnson dio positivo nuevamente y se aisló, aunque siguió trabajando sin mayores consecuencias.

El Gobierno de Boris Johnson fue acusado de celebrar una docena de fiestas en pleno confinamiento mientras imponía a los británicos reducir drásticamente sus contactos personales debido al coronavirus.

Desde el 15 de mayo, es decir a un mes de haber sido hospitalizado, hasta el 18 de diciembre de 2020, y la última que se dio a conocer fue el 21 de abril de 2021 se celebraron fiestas en Downing Street con la presencia del Primer Ministro, a las que concurrieron entre 30 y 100 personas.

Vino, queso, canapés, encuentros, risas. Y el resto de los británicos solo podían ver legalmente a una persona, al aire libre y en un lugar público.

Pero Boris, no está solo en este universo de clandestinidad y cinismo. España, Francia, Perú, Colombia, Paraguay y Argentina, dentro de los que han salido a la luz, lo acompañan.

No interesa el supuesto color político que posean, a la hora de menospreciar y reírse de la ciudadanía, son todos iguales. Claro, eso sí, hubo algunas renuncias, unas pocas lágrimas, y muchas disculpas.

Cuando se dio difusión a la “fiestita” del 20 de mayo de 2020, Boris dijo que “él no estaba al tanto de la organización”, pero luego que se revelara que efectivamente había asistido, pidió perdón ante el Parlamento; y solicitó a la población que se concentrará en la “amenaza de la cepa ómicron” y desestimaron lo sucedido.

Fue acusado por la oposición de mentir al Parlamento, y el líder del Partido Laborista dijo que Johnson no tiene “autoridad moral” para imponer más restricciones.

Incluso, cada viernes, los empleados de Downing Street concluían su semana laboral con unas botellas de vino. Las denominaban “los vinos del viernes”, esta vieja tradición se mantuvo pese al confinamiento.

Boris rechazó varias veces el pedido del Parlamento de que presentara su dimisión, pero jaqueado por la posibilidad de iniciarle un proceso interno para destituirlo míster Johnson anunció que: “A partir del próximo 27 de enero, en Inglaterra ya no será necesario el uso de mascarillas (incluso en aulas y transporte público), los pasaportes covid o la implementación del teletrabajo”. Agregó que esta decisión es “un reflejo de la intención del Gobierno de confiar en que los ciudadanos británicos tomen decisiones adecuadas”.

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