Sexo y erotismo
Momentos placenteros

El sexo después de los 30: mitos y verdades

La pasión sigue encendida.

Con épocas de mayor o menor actividad, las ganas de experimentar cosas nuevas o abrirse a experiencias diferentes, muestra que la vida sexual puede cambiar. No es siempre igual.

Es que aquellas ganas de los primeros encuentros va dejando lugar al autoconocimiento de qué nos da más placer, al sentirnos más cómodos con nuestro propio cuerpo y hasta las ganas de experimentar. Pero con la edad también surgen nuevas preguntas y hasta desafíos a enfrentar (solos y en pareja).

Según lo analizado por sexólogos, entre los 30 y 40 es una edad en la que quienes decidieron tener hijos se dedican a la crianza y aquellas que se dedicaron a la creatividad y la profesión ponen toda la libido en esa etapa de la vida. Así que parecería ser muy activa, pero maternidad, paternidad y desempeño laboral la tiran un poco abajo en material sexual.

Cuando llegan los 30 o 40 una ya siente que tiene un conocimiento y una experiencia sobre su sexualidad y eso hace que, por lo general, con menos prejuicio uno vaya a disfrutar de esa experiencia y esos saberes adquiridos.

Por otro lado, entre los 30 y los 40 es una edad en la que hay mucha energía puesta en lo laboral y profesional, lo cual también quita espacio y energía para la sexualidad de la pareja.

Con respecto al poliamor y las nuevas formas de vincularse, las personas de entre 30 y 40 se encuentran en época de transición. Por un lado, fuimos educados en relaciones monogámicas, es lo que nos transmitieron nuestros padres, nuestros abuelos, la cultura, los libros, las novelas; y tenemos también esta nueva tendencia que aparece como bastante lógico y es pensar el placer, el goce, por un lado, y el amor por el otro. Hacemos un gran esfuerzo para movernos, pero cuesta bastante en esta edad.

El deseo sexual de la mujer y el varón tiene que ver con cómo nos van educando en una sociedad que es machista, donde siempre se festejó que el hombre fuera sexual, que tuviera mucho sexo, y se trató de que la mujer tenga la menor cantidad de sexo posible. Entonces, es toda la educación la que va moldeando nuestro deseo. No tienen que ver con algo físico, sino que es la cultura la que nos moldea.

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