- Damiancito querido… ¿Cómo está todo por acá? ¿Ya te vacunaste?

- ¡Hola Martín! Sí, primera dosis de AstraZeneca y me dejó de cama jejeje. Che, qué bueno que viniste, tengo una historia para vos que va a traer cola. Pero contame vos primero, ¿ya te vacunaste?

- Sí, mi amigo, segunda dosis de Sputnik adentro. Se me pegan los imanes en el brazo y ahora canto La Internacional jejeje. Pero vamos con esa historia así no te hago perder tiempo.

- La cosa fue en el Senado. Se armó tremendo tole-tole cuando la esposa de un importantísimo senador se presentó en la cámara para conocer a la amante de su marido y no solo la descubrió, sino que el escándalo casi termina con renuncias varias.

- ¡Uhh, qué bomba me estás tirando amigo! Además, hasta ahora no había escuchado nada de esto. ¿Por qué fue tan grande el despelote?

- Ahí está la clave Martín, porque el senador gorreaba a su esposa con la pareja de un funcionario de primera línea de la cámara alta.

- Imposible que no te pida los nombres de los protagonistas.

- ¡Imposible! Si fuera un hecho político o un episodio de trascendencia partidaria, quizá, pero cuando la cosa es personal...

- Pero, Damiancito, me acabás de decir que casi hay “renuncias” y me nombrás a un importante senador. Eso ya es un hecho político o por lo menos uno potencial, por lo menos tirame una pista.

- ¡Siempre tenés razón vos! Mirá, te lo digo de esta manera, el senador es de primerísima línea, tiene fama de padre de familia pero le gusta la vida paralela. Para más datos, y esto es solo para entendidos, creo que le gusta la bossa nova y no precisamente la agencia...

- Ahora nos vamos entendiendo querido. ¿Y del resto que me podés contar?

- La gorreada está fuera del circuito político, pero la amante del senador es además pareja de un funcionario de la cámara y, como decía Luis Landriscina, “no es atleta, pero es ligera”, o al menos tiene esa fama.

- ¡Nombres por favor!

- Jejeje, no te pongas más ansioso que yo. La chica fue novia también de una concejal platense que no tiene drama en poner la cara, pero ahora le gusta darle piña a los cocos. ¿Está claro?

- Sutil como siempre lo tuyo.

Di media vuelta y Damián desapareció atrás de una columna mientras ingresaban algunos trabajadores administrativos y no pude evitar escuchar que el tema de conversación tenía que ver justamente con el escándalo de polleras que se desató en el oficialismo, por lo que corrí a la redacción para contar la noticia.