Cada país lo hace a su manera: en México se le dice Día de Muertos, siendo que en realidad es un contagio cultural, donde cada país celebra sus riquezas.

Quiero compartir internacionalmente con este hermoso país lo que hacemos en el mío, México. Mi país se divide en Estados, donde cada uno tiene una cierta cantidad de municipios.

En México se hacen ofrendas en la mayoría de las casas; incluso, en las escuelas de todos los niveles académicos se realizan concursos de catrinas, catrines. Antes, quiero enviar una enorme felicitación al nuevo presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, todo sea por el bienestar de los brasileños, un país como el nuestro, latinoamericano.

Nunca entre los países debemos tener ninguna división, jamás, si no aprendemos a respetarnos entonces no sabremos convivir.

Regresando al tema de la tradición más hermosa, que son las ofrendas a los muertos, en mi país, un grupo entusiasta de estudiantes, pertenecientes a una escuela llamada Conalep (Grupo 301) Jalostotitlán, Jalisco, México, los cuales hicieron una enorme ofrenda al cantante y actor mexicano rey de la canción ranchera, no solo en México sino en todo Latinoamérica, Vicente Fernández.

Se le hizo una verdadera ofrenda, ya que ha dejado un legado de música que se escucha casi en el mundo entero. Vicente Fernández murió este año, pero nuestra tradición de Día de Muertos viene desde los tiempos prehispánicos (antes de la conquista).

Es muy hermoso ponerle ofrendas a los que se han ido, sentir como regresan el día 1 y 2 de noviembre a nosotros nuevamente.

Por ejemplo, en Ecuador celebran el Día de los Difuntos, el día 1 se celebra el día de todos los santos, y el día 2 es el de las Almas. Es una celebración católica y un ritual ancestral indígena muy parecido y similar a México. En pocas palabras, exactamente lo mismo, los días 1 y 2 de noviembre sirven como oportunidad para conectarse con los difuntos.

Seguramente, nuestros hermanos ecuatorianos probaran pan de guaguas, o bien llamado muñeco de pan y tomarán colada morada, es muy rica la tradición de Ecuador.

De igual manera, Buenos Aires, Argentina celebra el Día de Muertos con tradiciones andinas y mexicanas. Por lo regular se hace en el Centro Cultural Víctor Jara del Barrio Parque Patricios.

De hecho, el objetivo de organizar año tras año dicho evento es para compartir las raíces latinoamericanas y reavivar las creencias ancestrales. No es alabar la muerte, sino celebrar la vida, ya que la muerte es considerada un pasaje a otro plano y no como un final.

Ese es el objetivo principal, pero no todos tienen la misma visión. Se trata de rescatar la memoria, celebrar el retorno de los difuntos para convivir al menos el 1 y 2 de noviembre de cada año.

En Bolivia se honra la vida y a los que no están ya en estas fechas. A muchos les gusta estas fechas para estar en contacto con nuestra Madre Tierra; son tradiciones distintas pero un solo objetivo: recibir a los difuntos y convivir con ellos, solo eso, que rica y hermosa tradición cultural.

Ojalá que así como la muerte no distingue de clases sociales, fronteras ni división de nada, así fueran los mandatarios de todos los países, unidos, trabajando cada quien por su gente y realizar negocios internacionales sin fronteras divididas, volando muy alto económicamente y con abundante salud.

Debemos ser unidos en el trabajo, en hacer el bien a los demás, en respetar el medio ambiente, respetar el planeta que tenemos para que tengamos una mejor calidad de vida, no importa el idioma que hablemos, lo importante es que seamos uno solo en el mundo entero, trabajando, luchando diariamente y volar tan alto para llegar a ser los más exitosos en todo.

La muerte no distingue nada, así debemos ser, no estar divididos, a todos los países de Latinoamérica y España les deseo feliz Día de los Difuntos, de los Muertos, de Halloween y de las Almas.