"En el partido no hay un metro cuadrado de pasto por caballo, son depositados en basurales, donde los ves comiendo plástico y muriendo por indigestión. Eso es puro maltrato animal, y hemos propuesto a los cartoneros o recicladores que cambien la tracción a sangre para sustituir a los animales, por algo a motor, pero ellos dicen que deben gastar en combustible, lo cual es una excusa poco valedera", explicó.

Otro de los graves problemas que debe enfrentar la ONG es las amenazas por parte del gremio MTE, de aunar a los trapitos y carreros de la localidad, un sindicato de Juan Grabois y cuyos integrantes reciben varios planes del estado.

"Hemos salvado caballos atropellados, con sus cascos reventados. Esto es algo que pasa en todo el país, no sólo en Quilmes. En el norte, hay caballos ladrilleros, en la costa los caballos areneros para sacar la arena para los corralones que después es vendida para las construcciones, y después en todo el conurbano (La Matanza, La Plata, Lanús, Almirante Brown) para llevar carritos", finalizó.