Sucede que hace años en el municipio de Quilmes se pelea por erradicar la tracción a sangre, por medios de diferentes ONG que ayudan para acabar con un mal que acecha a las zonas más pobres y en las cuales muchos cartoneros (o recicladores) utilizan caballos para transportar chatarra u otros elementos, perjudicando la vida de muchos animales.

Claro, Grabois es la cabeza del gremio que agrupa a los trapitos y cartoneros de Quilmes y cada vez que alguno de los chicos recibe una denuncia, buscan al denunciante para amenazarlo con la absoluta pasividad de la justicia local, que no ratifica la seguridad de quienes pelean para evitar el daño a los animales.

"Los amenazan cuando hacen denuncias o se plantan frente a los proteccionistas, cuando hacen reclamos en la calle. La policía de Mayra Mendoza protege a Grabois, y por ende, a quienes forman parte del gremio", comentó una proteccionista que colabora con las ONG quilmeñas.