
“Es un caos curioso en que el presidente Alberto Fernández no tiene mucho que decir. Administra Sergio Massa. Y Cristina Fernández de Kirchner se guarda la última palabra que no sabemos cuál es. Es medio difícil saber quién gobierna”, expresó en una entrevista para Infobae el consultor político ecuatoriano Jaime Durán Barba.
Desde hace tiempo que la República Argentina dejó de ser un país serio y con destellos de grandeza, más allá de los falsos profetas como los libertarios Javier Milei y José Luis Espert, las viejas conocidas como Patricia Bullrich y hasta el parlanchín ex jefe de Estado, Eduardo Duhalde.
En ese mismo sentido, el encargado de darle el último tiro de bala al país fue el presidente Alberto Fernández, quién con medidas extremadamente izquierdistas ha logrado llevar al último escalafón de crisis a la Argentina. Sin ir más lejos, participó del aniversario del Partido Comunista (PC) chino por Zoom, dando a entender que el Partido Justicialista (PJ) tendría similitudes históricas.
Asimismo, luego se encargó el actual mandatario de ir tomando diferentes características de personajes siniestros de la política para poder hacerse un espacio en esa llamada “Liga de la Injusticia”. En dónde fenómenos totalitarios se encargaron de sembrar el terror a su manera, quedando controversialmente como líderes buenos de la izquierda.
Como dato de color al fundador y dictador de la República Popular China, Mao Zedong, le fascinaba poder acostarse con mujeres, algunos historiadores lo llegan a poner como un ninfómano que prefería el sexo a las guerras. Algo así como Alberto y su fobia a que le revisen el teléfono, por los presuntos mensajes nocturnos desde su WhatsApp.
Igualmente, no todo es sexo para el jefe de Estado argentino, ya que se encargó de hacerse un lugar para sus amigos, como es el caso del golpista boliviano Evo Morales. A quién llegó a darle asilo político para que evitara la cárcel en su país, lo cual dejó a la Argentina muy mal vista en todo el mundo.
Siguiendo en la misma línea de tomar ejemplos siniestros, tras el presunto atentado a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, el Presidente buscó con la compañía del Frente de Todos (FdT) y un sector tibio de Juntos por el Cambio (JxC) llevar adelante una especie de Ley Mordaza para acabar con la libertad de prensa y expresión. Algo que siempre fue fetiche para el líder de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez.
Sin embargo, tanto Alberto como el comandante Chávez, han sido nutridos por el dictador padre de todos y genocida cubano, Fidel Castro. Quién llevó todas esas prácticas represivas, además de perseguir opositores en Campos de Concentración para disidentes.
Ante todo lo referido, es propicio dejar en claro que no solamente Alberto Fernández terminó de profanar el peronismo con su ambiente de socialdemócrata con hilos en la Unión Cívica Radical (UCR). Sino que se hizo un lugar en la Liga de la Injusticia, su mayor logro tras el paso de los mil días de Gobierno.