El 21 de octubre de 1886 murió José Hernández, autor del "Martín Fierro"

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El escritor, militar, periodista, poeta y político José Hernández murió a los 51 años en Buenos Aires, el 21 de octubre de 1886. Tuvo una vida corta, pero intensa. Su obra más conocida es el Martín Fierro, considerada como obra fundamental de la literatura gauchesca y rasgo de identidad cultural de los argentinos.
Nacido en una buena familia
José Rafael Hernández y Pueyrredón nació en Villa Ballester, provincia de Buenos Aires el 10 de noviembre de 1834. Su madre era prima hermana del ex Director Supremo del Río de la Plata, Juan Martín de Pueyrredón. En su casa siempre se habló de política. La familia paterna era federal (un tío suyo murió en la Batalla de Caseros). Su familia materna era marcadamente unitaria.
Hacia 1840 sus padres se exiliaron en Montevideo. Por esos días la Mazorca no vacilaba en su empeño por perseguir a toda persona sospechosa de no comulgar con la política de Juan Manuel de Rosas. El pequeño José quedó a cargo de su abuelo, en el barrio de Barracas, por entonces alejado del centro de la ciudad y por tanto, territorio seguro.
Por indicación de los médicos que lo trataban por sus afecciones pulmonares, la familia del futuro escritor debió trasladarse a Laguna de los Padres, en cercanías de la actual ciudad de Mar del Plata. Vivir fuera de Buenos Aires le dio materia prima para su obra cumbre. Ese día comenzaron a guardarse en su memoria las características de los gauchos, que años después fueron reflejadas en Martín Fierro.
Con la espada y con la pluma
Ya en su mocedad se inició en el manejo de las armas, cosa que pudo demostrar en 1853, participando en la represión contra la conjura encabezada por Hilario Lagos. En 1854 combatió en la batalla de El Tala. Revistó en las tropas bonaerenses hasta 1858. Ese año se mudó a Entre Ríos y se dedicó al periodismo en los periódicos El Nacional Argentino y El Litoral. En 1863 fundó su propio diario: El Argentino.
En la provincia mesopotámica mantuvo una relación de idas y vueltas con Justo José de Urquiza. Apoyó al caudillo en Cepeda, pero al tiempo se alejó de él por desacuerdos políticos. En los años siguientes dio muestras de cercanía al ex presidente, pero ya no era lo mismo. En 1870 repudió el crimen en el Palacio San José, pero poco después definió al extinto presidente como un “tirano” y “traidor del gran Partido Federal”.
Siguiendo la veta periodística, su carrera continuó en los diarios Eco de Corrientes y por último en La Capital, de la ciudad de Rosario, que continúa en circulación hasta la actualidad. Desde esas páginas militó por el proyecto del futuro presidente, Manuel Quintana, de elevar la importante ciudad del sur de la provincia de Santa Fe al rango de Capital Federal.
La vuelta al pago
El recorrido periodístico de Hernández por el interior del país llegó a su fin en 1869. Ese año retornó a Buenos Aires y fundó el diario El Río de la Plata, que fue contemporáneo de La Prensa y La Nación, los mismos que aún hoy se publican. Este informativo tuvo una vida efímera. El propio Hernández decidió cerrarla días después del asesinato de Urquiza.
El aberrante asesinato de Urquiza, condenado por él mismo, no le impidió a José Hernández estar cerca de Ricardo López Jordán en su cruzada contra el presidente Domingo Faustino Sarmiento, en lo que fue la última rebelión gaucha. El triunfo del gobierno nacional obligó al escritor porteño a exiliarse en Brasil y luego en Uruguay.
Martín Fierro
Según sus biógrafos, Hernández contaba con una memoria privilegiada. En las reuniones sociales a las que era invitado pedía a los presentes que elaboren un listado de palabras, las cuáles él memorizaba para repetirlas en idéntico orden o las empleaba en discursos improvisados.
Esa prodigiosa memoria fue la que permitió a Hernández guardar recuerdo de los gauchos que había conocido en su infancia. En el prólogo de la primera edición de El Gaucho Martín Fierro, el propio autor escribió: “Quizá la empresa habría sido para mí más fácil y de mejor éxito si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de la ignorancia del gaucho”. Lejos del objetivo, Hernández trabajó el tema con mucho respeto.
En el sesquicentenario de su aparición, no debe haber argentino que no lo haya leído, por eso cualquier análisis de la obra, sería redundante. Es más interesante escuchar a José Hernández sobre su libro: “Me he esforzado, sin presumir de haberlo conseguido, en presentar un tipo que personifica el carácter de nuestros gauchos (…) inmoderados hasta el crimen, hijos de una naturaleza que la educación no ha pulido ni suavizado”.
En 1872 apareció la primera parte, que mostró a un hombre altivo, áspero y con espalda para hacer frente a sus desgracias. A la Ida le siguió La Vuelta, en la que el gaucho tenía la modesta pretensión de volver y que lo dejaran trabajar.
Según los estudiosos del Martín Fierro, la influencia del clásico español El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha -de Miguel de Cervantes- en la obra de José Hernández, es inocultable.
Últimos años
Para las elecciones de 1880 apoyó la candidatura presidencial de Julio Argentino Roca. Por su parte, Hernández fue elegido senador. Sus últimos años los pasó ocupando su banca. Murió el 21 de octubre de 1886.