Sin embargo, ahora le puso un suspenso inesperado al final de la Liga. Tanto, como esta derrota en Rosario. Porque en un momento parecía tener todo a disposición para seguir sacando ventaja. Sobre todo, a partir de la rápida expulsión de Juan Sforza a los 34 del primer tiempo, por doble amarilla (primero por falta a Varela y luego por cortar una trepada prometedora de Ramírez).

Dio la sensación, ahí mismo, que el Xeneize aprovechaba esa situación, porque acorraló al local y se mostró decidido a ir por el 1-0, aunque nunca pudo generar una chance clara de gol para lograrlo.

Sin embargo, el desarrollo del segundo tiempo cambió por completo, y los errores propios lo condenaron a Boca. Primero, Hugo Ibarra sorprendió con un cambio tan extraño como ofensivo a partir de la salida por lesión de Carlos Zambrano. A la cancha Sebastián Villa, en su retorno tras 49 días, y un retoque defensivo que sería fatal desde el mismísimo arranque: Luis Advíncula de dos para cubrir a su compatriota y Cristian Medina de cuatro.

El peruano, en la primera que tocó en su nueva función, la dejó corta, Juanchón García la robó, pasó el tibio cruce de Facundo Roncaglia (tan responsable como su compañero) y, cara a cara ante un Agustín Rossi que tardó en salir, la clavó arriba, en el primer palo, abriendo el marcador.

A Boca lo desordenó ese golpe tanto como la modificación en su defensa que le costó el partido. Al rato, Méndez apiló otra vez a cuatro jugadores visitantes y llegó a rematar cruzado ante el arco de Rossi. Una transición demasiado fácil para un equipo que con uno menos arrancó el segundo tiempo como si tuviera uno más.

Al equipo de Ibarra le costó reaccionar. Villa, en su retorno, intentó ser lo desequilibrante que había sido antes de su lesión, pero Boca no encontró la forma de entrarle a un ordenado Newell's. Inconstante Darío Benedetto, desaparecido Luca Langoni (en el segundo tiempo no la tocó), el DT xeneize volvió a mover fuerte el banco, pero los cambios no bastaron para cambiarle la cara al equipo.

Así, un Boca deslucido no pudo nunca hacer pesar el hombre de más. Finalmente, el colombiano Willer Ditta, de cabeza, sentenció el 2 a 0, y llenó de dudas a un equipo que hasta acá no las tenía y abrió el juego para sus escoltas, que ganan terreno en la pelea por el campeonato.