Tenía 55 años y dejaba para siempre un estilo de crear música eternamente única donde el sentimiento atraviesa todos los instantes de este correr de la vida. Una música que pudo abrir fronteras del rock argentino para siempre.

Nació un 11 de agosto de 1959 y desde ese instante comenzó una historia distinta para la música nacional y fundamentalmente para nuestro rock.

Sin dudas, para el joven Cerati los ochentas despertaron su intuición y su inspiración para avanzar en el armado de una de las bandas más importantes de Latinoamérica como es Soda Stereo junto a sus compañeros de ruta Charly Alberti y Zeta Bosio.

Desde 1982 hasta 1997, el trío gaseoso trazó un modo extremo de la perfección artística, hasta terminar su obra en el 2007 en una intensa vuelta consagratoria que acumuló nuevas generaciones a su seducción musical.

Una infinidad de composiciones de belleza poética y hasta instantes reales del propio Cerati, aparecidos en el gran disco “Signos” de 1986; volcados en románticas y crudas líneas en un papel, tal vez el trabajo que más le costó y cuyas letras aparecieron durante toda una noche debido a esos instantes de quiebre que tiene el corazón y que produce cierto desconcierto en el universo del amor.

Ni hablar de discos de vanguardia para su momento como “Nada Personal”, de funk y soul delicado con mirada internacional como “Doble Vida” producido por el guitarrista Carlos Alomar -glorioso acompañante creativo de David Bowie- y la furia pasional rockera con raíz spinettiana como el contundente álbum “Canción Animal”.

También el paso por lo experimental de “Dynamo” con mucha espiritualidad en su sonido y letras. Y el british sound de “Sueño Stereo” como el gusto de realizar un unppluged para la MTV a mediados de los 90 bautizado como “Confort y Música para Volar”

Soda fue el primer grupo argentino en editar un CD, en utilizar al videoclip con el tema “Dietético” en 1984. Y también, fue la primera banda de darle estructura narrativa a un video de la mano de “En la ciudad de la furia” presentado en junio de 1989.

Soda fue el primer conjunto en tener a una persona dedicada a la imagen en todos los aspectos, abajo y arriba del escenario como Alfredo Lois. Quien además acostumbró a la realización de conferencias de prensa y adelantos de material en la comunicación publicitaria. Soda fue el pionero de recurrir al formato DVD para documental.

Sin olvidar que, además, brindó las más intensas giras latinoamericanas de la historia de hasta cuatro meses de recorrido, y que en diciembre de 1991 reunieron 250 mil personas en un concierto gratuito realizado en la avenida 9 de Julio de Capital Federal.

Todo eso ya forma parte de la concreta y próspera aventura y de la cual Cerati ha sido su principal impulsor porfiado de buscar siempre lo mejor. En él coexistieron el profundo cambio y la originalidad. Que siguieron más allá de Soda con una etapa solista donde mostró lo inconfundible del talento con trabajos discográficos como “Bocanada”, “Siempre es hoy”, “Ahí Vamos” y su última “Fuerza Natural”.

Pero lo elemental, lo impactante fue su pluma donde continuamente mandaba los mensajes claros que dejaba la angustia, el amor, el contacto de los cuerpos al copular y fortalecer la pasión, lo espiritual de eso como “En Remolinos”, un romance recordatorio en “De Música Ligera” y un amor atrapado por el deseo inolvidable y que confunde hasta disimular la distancia como lo dice en “Prófugos”. Demostró capacidad sin límites y deslumbró a las masas en todo el continente americano, es y seguirá siendo ese hombre alado de su canción “donde nadie sabe” de él, pero no cabe dudas de que “es parte de todos” cuando de elegante y emocionante sonido se trata.