
Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate
Enero de 2020 no fue un mes más en la historia de Zárate y los zarateños. El accionar de un grupo de jóvenes vecinos de nuestro distrito en Villa Gesell puso a Zárate en boca de todos los argentinos y en todos los medios de comunicación puesto que los acusaban de haber matado a golpes a Fernando Báez Sosa.
Para la política local tuvo un ingrediente extra puesto que la madre de uno de los principales acusados ocupaba el cargo de Secretaria de Planificación e Infraestructura.
Además, el intendente Osvaldo Cáffaro estaba de licencia, aunque ya vimos que firmó junto al secretario, que no era secretario, Aldo Morino un decreto, y el inmovilismo público inicial fue notorio, hasta que el 20 de enero el intendente putativo Ariel Ríos designa “en forma interina a partir del 20 de enero del corriente año, para cumplir las funciones de Secretario de Planificación e Infraestructura al Secretario de Servicios Públicos, Pablo Andrés Giménez”. Lo curioso del caso es que nunca se acepta la licencia que, en los vistos del decreto en cuestión, el número 56, dice que presentó la Arquitecta Rosalía Zárate.
Duró poco la licencia porque menos de una semana después, a través del Decreto 66, el intendente putativo Ríos acepta “a partir del día 24 de Enero de 2020, la renuncia presentada por la Arquitecta Rosalía Zarate, (D.N.I. N 16.983.024, Clase 1964), al cargo que desempeñara como Secretaria de Planificación e Infraestructura", y por el decreto siguiente confirma lo que ya había decretado, la designación interina de Giménez en la secretaría que ocupaba Zárate.
De ahí en adelante nada se supo de Rosalía Zárate respecto a su rol como funcionaria pública y tras una serie de declaraciones iniciales, el asesinato de Fernando Báez Sosa salió de la agenda del gobierno zarateño.
Sin embargo ya se sabe que en la Municipalidad de Zárate quien se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen.
El 10 de agosto de 2020 Rosalía Zárate firma, como supuesta Secretaria de Planificación e Infraestructura, junto al intendente municipal Osvaldo Cáffaro, el decreto 480 por el que se autoriza “a la Empresa EMPRENDIMIENTOS DELTA S.R.L., con domicilio legal en la calle Av. Gallesio, N° 525, P1, Dto B, Zárate (CP 2800), Provincia de Buenos Aires, para realizar la apertura de zanjas, con ubicación en la calle Independencia, A. Del Valle y Adolfo Alsina de la localidad de Zárate”.
¿Cómo es entonces que firma el decreto Rosalía Zárate si había renunciado más de medio año antes? ¿Cómo es que el intendente Cáffaro firma junto a una funcionaria fantasma? ¿O no es Cáffaro quien firmó el decreto?
Pero si algo faltaba a este desgobierno que es el gobierno municipal, Rosalía Zárate renunció a un cargo inexistente y meses más tarde reapareció como un fantasma en un puesto falso, puesto que el intendente putativo había firmado un megadecreto, el número 27, el 2 de enero, en el que realizaba una reorganización del gobierno municipal y en su artículo 11 estipulaba “reconvertir la Secretaría de Secretaria de Planificación e Infraestructura, pasando a Denominarse: Secretaria de Infraestructura y Obras Públicas”.
¿Qué cargo tenía Rosalía Zárate entonces?
¿A qué cargo renunció Rosalía Zárate?
¿Con qué cargo reapareció Rosalía Zárate en agosto de 2020?
Es vergonzosa la desfachatez del proceder del gobierno municipal, del que la Justicia deberá determinar si hubo o no delito, cuestión por demás compleja cuando algunos de quienes deben pronunciarse al respecto hayan sido favorecidos por el municipio con vacunas VIP contra el Covid-19 cuando pocos eran vacunados.
Queda a la ciudadanía, y a los pocos representantes que tengan el coraje de asumir el reto, poner freno a semejante atropello a la legalidad.
¿Estarán dispuesto a hacerlo?