- ¿Cómo pasaste la pandemia?

- Yo siento que aún no terminó y la verdad que, más allá de la angustia que nos generó a todos por los miedos y la incertidumbre, la pasé enfocada en lo lindo, en lo creativo, en el aprendizaje que nos proponía esta oportunidad de descubrirse. Me dediqué a crear, a intentar ayudar a otras personas, a seguir enseñando y a componer otra vez.

- ¿Te casaste?

- Sí, recibí esta maravillosa propuesta de mí ahora marido Alejandro Spinelli, en un momento tan poco esperado, en medio de no saber para dónde seguir, siempre apostando al amor. Siento que fue mucho más valiosa la propuesta porque ya estábamos conviviendo y fue un gesto de protección de decir “ok, si pasamos esto juntos pasamos lo que venga”, porque en estos momentos uno termina de conocer a las personas. Y lo más lindo fue tener a mis propios hijos de testigos, una ceremonia ínfima y sencilla, con la bendición de mis amores.

- ¿Cómo fue crear entre los dos tu nuevo material?

- Fue jugar seis meses como nenes, como todo lo que decidimos hacer, fue mágico verlo inventar un teatro para mí, verlo idear y crear una maqueta de ensueño, armar luces, puestas, la historia, la mismísima luna, inspirados en “Dulce y Melancólico”, película que nos encanta por su estética. “Bon Voyage” es una canción que recrea una carta de despedida, había quedado fuera de mi disco allá por el 2015 y al recordarla le dimos vida y una nueva dirección con este estilo jazz manouche que acertadamente eligió Chufit para resucitarla.

- ¿Quiénes intervinieron en la producción?

- Solo nosotros dos, en letra, música y todo lo referente a esta aventura fílmico-musical como nos gusta llamarla. Filmamos cada personaje cada fin de semana y nos dedicábamos a editar de lunes a viernes. Realmente fue un trabajo muy artesanal y se lleva todo el merito porque lo miro y no puedo creer el resultado, muchas personas creen que alquilamos un teatro y nosotros salimos solo para ir caminando hasta el registro civil.

- ¿De quién es el vestuario?

- En esto recibimos la ayuda incondicional y amorosa de mi querido amigo Bruno Salas que nos prestó un saco Armani divino para el personaje principal y sus pelucas divinas de pelo natural para darle a las coristas esa onda años 30, un lujo ya que la peluca negra la usó mi querida Valeria Lynch en “El beso de la mujer araña” y hasta dicen que Liza Minnelli.

Tango Imagen nos asistió con los zapatos de tango maravillosos, en un gesto increíble porque sin conocernos apostó a mi material. Un genio Sergio Theaux. Y el vestido principal de alta costura es de Roberto Piazza.

- ¿Cómo se vive el amor en los tiempos del Covid?

- Como un disfrute constante, realmente esto de estar solitos cotidianamente nos encontró en un modo súper amoroso de cuidarnos, mimarnos y consentirnos. Intentamos generarnos diversión, buenos ánimos, prepararnos comidas ricas y pequeñas rutinas de bienestar.

- ¿Cómo cuidás tu salud y tu belleza?

- Me rio mucho. Canto y juego todo el tiempo, uso tacos casi todos los días. No me peso. Como bastante sano, no hago dietas. Como quizás ligero durante el día, ya que tengo poco tiempo, y un plato más elaborado por la noche, también para generar disfrute en el momento de comer. Hago algunos ejercicios cuando me acuerdo, trato de escuchar al cuerpo que siempre algo te pide, las caminatas ayudan al cuerpo y a la mente. Nunca dejo de usar cremas, ni de limpiar mi cara por la noche y por la mañana. Y hago el amor día por medio. Mi secreto es placer en lo cotidiano.

- ¿Te gustaría presentar un show en Córdoba?

- Me encantaría volver a Córdoba, ya sea presentando mi música como a pasar unos días para disfrutar, tanto el paisaje que es el verdadero show como la comida que amo.

- ¿Con qué soñás?

- Despierta sueño con seguir haciendo música con mi flamante marido, sueño con viajar, con que esta pandemia nos encuentre más humanos, más espirituales, más generosos y con llegar a viejita disfrutando de la naturaleza. Mientras duermo, sueño que abrazo con compasión a las personas que intentaron en estos tiempos tan duros hacerme daño, muy loco. Y algunos me los guardo porque creo que es lo que hay que hacer para manifestarlos…