
Por Evangelia Rigatou, especial para NOVA
¿Alguna vez sintieron que están ojeados? ¿Qué la mala vibra y la envidia de algunas personas los haya afectado a punto de sentirse mareados, débiles o malhumorados? Aquí les comparto los trucos mágicos que tenemos en mi país natal para curar el mal de ojo. Se puede aplicar en nosotros mismos y también en otras personas.
En nuestra tradición, la persona que quita a la otra el mal de ojo no debe cobrar y la otra persona no debe agradecer.
La primera técnica que yo aprendí de mi madre es la del aceite y de la cucharita. En una pequeña taza ponemos un poco de agua. Tomamos una cucharita con dos gotas de aceite de oliva y mientras lo mantenemos arriba de la taza decimos la siguiente oración haciendo la forma de la cruz sobre la cuchara con el aceite 3 veces:
“En el nombre de Padre, del Hijo y del Santo Espíritu, amen.
Luego hacemos 3 veces la cruz hacia la otra persona o a nosotros, diciendo la siguiente oración en la misma cantidad:
“(Nombre de la persona) Jesucristo vence todo lo malo”.
Después, ponen su dedo en la cuchara del aceite, toman dos gotas y las echan en el vaso con el agua. Si las gotas se unen en la superficie del agua y se dispersan, la persona esta ojeada. Si se quedan separadas y no se desvanecen las gotas del aceite, la persona no está ojeada.
Esta técnica mi madre decía que se enseña de hombre a mujer y de mujer a hombre solo el Viernes Santo y el 14 de septiembre y la oración se debe enseñar por escrito.
No olviden que no todo es mal de ojo. Puede ser que sea una molestia por falta de vitaminas o falta de descanso.