
El presidente Alberto Fernández sumó un nuevo renglón a su verborrágica lista de declaraciones deleznables y plagadas de ignorancia que lo alejan cada vez más de los índices de aprobación del electorado que supo tener al principio de su administración.
Luego de que la “docente” del partido bonaerense de La Matanza, Laura Radetich, fuera escrachada por un alumno mientras gritaba e insultaba a otro estudiante durante una clase de Historia por no defender la gestión oficialista, el mandatario nacional salió a bancar a la profe. Una profe que en su afán de adoctrinamiento político, fue calificada de “loca” en Twitter.
“¿Que esto es gratis? ¿Porque tiene ojitos celestes no va a robar? Te robó. Te robó el futuro”, increpó la docente al estudiante, haciendo alusión a Mauricio Macri. “¿Y este no?”, le contestó el chico, en referencia el actual presidente. “No me robó nadie, nadie te robó. Vos podés venir acá y comer esta porquería porque te lo da el Estado. Andá a pagar con el sueldo de tu papá una escuela privada como esta… andá dale, andá!”, redobló la profesora.
Totalmente desencajada, Radetich fue más allá: “Perdió, perdió, gracias a Dios perdió. Por eso perdió, perdió porque atacó al pueblo, atacó al pueblo y se llevó la tarasca él y sus amigos. ¿La entendés o no? ¿Vos te pensás que el pueblo es boludo?”.
Sin pelos en la lengua, el alumno le recordó a la docente los procesos judiciales que pesan sobre la vicepresidenta, Cristina Kirchner, lo cual exacerbó la personalidad agresiva de la mujer. “¿Causas de qué? ¿Quién se las hizo, papi? ¿Vos leíste cómo se la hicieron? Dios mío, en serio. Un Presidente que se reúne con un juez para decirle `tenés que meterla presa´”.
Este nivel de violencia ideológica y psicológica es el que luego avaló Alberto Fernández al opinar que el feroz episodio ocurrido en un aula argentina “fue un debate formidable", que “abre las cabezas de los alumnos; es una forma de invitar a discutir, de invitar a pensar y de abrir la cabeza de la gente”.
Descifrando el mensaje, deducimos que al mandatario que conduce el país, el intento de lavado de cerebro de una autoridad escolar hacia un alumno que está en plena formación educativa, absorbiendo conocimientos, le parece una metodología correcta de enseñanza. Aplaude la imposición de ideas a favor del Gobierno, por parte de una “docente” -hoy suspendida en sus funciones-, quien insulta la capacidad de pensar de los adolescentes que tiene a cargo, sin prestarse a un debate ni análisis civilizado que evite los calificativos, sean hacia el partido que sean.
Recordemos lo que significa “adoctrinar”. Según el diccionario, consiste en “enseñar los principios de una determinada creencia o doctrina, especialmente con la intención de ganar partidarios”. Es lo que hacen el kirchnerismo y sus seguidores fundamentalistas, en un intento desesperado de anular el pensamiento crítico y la pluralidad de opiniones en un país democrático que, como tal, se debe enriquecer en las diferencias.
“No sé qué vio el Presidente. Yo no veo un debate, veo una profesora sacada. Si esta es la forma de educar a un adolescente, no le veo sentido a la educación en este país”, declaraba el papá del joven agredido, a los medios de comunicación. Una mirada simple, con sentido común. Lo cual es mucho pedir en nuestra clase dirigente.
Como era de esperar, la repudiable conducta de la profesora tuvo repercusiones que llegaron a la Justicia. Yamil Santoro, precandidato a Legislador Porteño junto a Ricardo López Murphy, señaló: “Hemos denunciado penalmente a la docente de La Matanza que aparece adoctrinados estudiantes. Al adoctrinamiento lo tenemos que frenar con acciones concretas, poniéndole un freno a quienes abusan de su posición escolar para bajar línea y condicionar a nuestros hijos”, porque el adoctrinamiento es una forma de abuso sobre los niños y adolescentes, ya que se ejerce desde una posición de poder”.
Florencio Randazzo, precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en Vamos Con Vos, se subió al agitado oleaje al postear desde su cuenta de Twitter que “los gritos de un adulto a los pibes no son un `debate formidable´. Eso se llama maltrato. Después de la fiesta en Olivos, esta es otra muestra de que tenemos un Presidente con los valores totalmente distorsionados”.
Las reacciones de rechazo hacia el mandatario nacional, a quien el peso del poder le confundió las ideas, se multiplicaron rápidamente en las redes sociales y el entorno político, en un hecho que contribuye a su cada vez más cercana expulsión de la Casa Rosada.