Por Pedro Dagnino*, especial para NOVA.
El camaleón es un animal solitario y territorial, cuando es molestado se hincha y amenaza con la boca abierta, con una expresión que solamente tiene como motivo intimidar, su objetivo es su propia supervivencia. Es acusadamente intolerante respecto a sus congéneres, excepto en el periodo de celo. Marca su territorio.
Usando un ejemplo de la vida silvestre, podemos hacer una analogía y comparar con nuestra especie, y plantear que existen individuos entre nosotros que tienen conductas camaleónicas o psicopáticas, que tal vez debieran existir por alguna razón de conservación de la especie, difícil apreciación que es trabajo para la sociología como ciencia.
Aquí nos remitimos a nuestra calidad de vida, cuando nos vemos expuestos directa o indirectamente, a los psicópatas. Las víctimas se las denomina "complementarios". Y cuidado que los complementarios muchas veces son muy leales por sometimiento al psicópata. Solo por descripción decimos el psicópata, pero la psicopatía no distingue sexo.
Muchas veces han sido catalogados como una patología, pasando por distintos grados de gravedad, pero la definición actual es: "una forma de ser en el mundo", tal como la describe y desarrolla el doctor especialista Hugo Marietan.
Se dicen que son el 3 por ciento de la población, y que en algunas poblaciones puede llegar a casi un 7 por ciento, pero lo importante es que están entre nosotros y atención, los psicópatas no saben que son psicópatas, no se reconocen como tales, ellos se reconocen distintos y que su "maldad" puede ser una forma de supervivencia. Pueden ser cotidianos o de alto vuelo.
Hablemos de cómo detectarlos, y evitar que nos afecten.
Son despreocupados: su falta de empatía es muy característica. No se pueden poner en el lugar del otro y tienden a cosificar a los demás, para ellos los vínculos son por una razón de interés, que no necesariamente deberá ser económica, puede ser de "status social", de intercambio o de comodidad. Como característica vinculada a la falta de empatía, no pueden detectar el temor en el rostro del otro incluso, desconocen los efectos que causan en los demás, y eso nos permite ver como siempre tienen problemas interpersonales y son habitué de los pasillos de las comisarías o tribunales.
Una característica es la manipulación de la verdad y el uso de "verdades según con quien", por eso siempre atrapan o seducen a sus presas con sus problemas, diciendo por ejemplo que tienen juicios por cobrar, que si se le presta dinero devolverá con creses. O que su conducta errática o irascible se debe a que han sufrido abandonos o traiciones, siempre tienen que pedir perdón por lo que hacen, y de seguro proyectando la culpa en el otro, no pueden por nada reconocer sus errores, a menos que reconocerlos les signifique un beneficio posterior. Muchas veces nombran o utilizan "contactos" para amedrentar y amenazar que tienen vínculos con gente de poder.
Emociones superficiales: Tienen reacciones paradojales ante situaciones que comúnmente dan miedo, por eso pueden soportar trabajos o actividades que otros no, y suelen estar como "encargados" en distintos trabajos, en donde su función sea "someter" a los que le dependen, para así congraciarse con los dueños o de mayor jerarquía en la organización.
No tienen tacto para temas delicados, ello les permite hablar sin la sensación de presión o responsabilidad, y así es como muchas veces son "desenmascarados", porque se detecta en su discurso como desafían y buscan confundir a sus víctimas.
Exceso de confianza: gran sentido de autoestima, incongruentes con su presentación. Disponemos de muchos ejemplos de psicópatas para destacar, como quien vestía con prendas costosas y se hacía pasar por jugador de un deporte muy exclusivo, haciendo creer a sus víctimas que pertenecía a una alta clase social.
Otras características muy importantes, como las describe el doctor Marietan son:
Un premio resulta luego en tres castigos: un fenómeno que hace confundir a sus complementarios, ya que dan eventuales premios o "escenarios de afectos", totalmente montados y preparados para un fin específico. Confunden así a sus "víctimas". Y logran hacerles creer que tienen sentimientos genuinos.
Comparación: tienden a usar el recurso para someter a sus vínculos a sus necesidades. Siempre comparan, "tal empleado era bueno, no como vos", "mi ex me hacía mejores comidas", etcétera.
Y, por último, intrusión en nuestro psiquismo: como los psicópatas "nos estudian", ellos siempre saben de nuestras necesidades y las utilizan para "armar estrategias" donde nuestras necesidades están al final de su lista. Por ese mecanismo es que pueden a veces estar a un paso adelante con las situaciones, nos usan como si fuéramos fichas de ajedrez.
* Psiquiatra (matrícula nacional 138.908 y matrícula provincial 234.303)