
Agobiado. Agotado. Desvelado. Atontado. Ebrio de poder y de sexo se encuentra nuestro inefable Míster Whisky and Soda, desbordado de conflictos propios y ajenos. El que mucho abarca, poco aprieta, piensa. Pero no es su caso, porque aunque no abarca nada aprieta a todo lo que venga. Después de las dos de la mañana, con varios tragos encima, si es mujer, mejor.
Solo, fané y descangayado, como reza un tango gardeliano, no deja de disimular su fastidio ante la enorme cantidad de problemas que lo aquejan, que no logran atajar ni su super ministro, Santi Yago Quefiero, ni su vocero, Gianni Paolo Sabiondi, quien encima dejó filtrar una foto de Fiambrola que generó flor de lío. Todo por encamarse con una periodista opositora. Bien dicen que un pelo de vagina tira más que una yunta de bueyes.
Como si fuera poco, ese insultador serial de Saint Yago Cuné, que lo manda al frente todos los días por su canal digital o viralizando videos por las redes, amenazaría con propagar un film casero triple xxxx donde se lo ve a nuestro Míster con en un ascensor, con los ojos saltones como huevo frito, mientras una muchacha con digna maestría le destapa el caño de escape. La pucha que lo tiró. No pega una.
Y eso no es todo. La doctora, como dice el Turco Hachís en la tele, lo reta en privado, en público, y donde sea y lo deja peor que un estropajo.
“Metete en Only Fans y tráeme algo digno de mí”, le ordena un colaborador directo. “Que sea culona y tetona, como me gustan, vos ya sabés”. Su interlocutor se pone manos a la obra para complacer al amo, un verdadero depredador, como Arnold Schwarzenegger.
Los gustos hay que dárselos en vida, dijo un viejo y se estaba masturbando en un pajonal.
To be continued
See you soon