
Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate
En un gobierno de mentirosos solo tienen futuro quienes “sean del palo”, por más que pretendan mostrarse diferentes o digan que en realidad no son lo mismo, pero están dentro para cambiar lo que está mal.
Cuando el gobierno municipal viola la ley al no tener un Boletín Oficial ni dar a difusión la normativa que emite no solo son responsables el intendente municipal o el secretario de Gobierno, el área legal y técnica del municipio y los concejales, son cómplices puesto que conocen las normas como pocos y en lugar de denunciar el delito, como es obligación en todo funcionario público, utilizan su conocimiento para la continuación de la ilegalidad. En este sentido no caben dudas que tienen garantizado un lugar al calorcito del poder ya que garantizan su sustento.
Algo parecido ocurre con el secretario de Salud Marcelo Schiavoni y su equipo, conformado por Daniel Mautisi y Lorena Mattei, quienes sabiendo que el municipio miente, eligen poner en juego su prestigio profesional para seguir siendo parte de un juego que creen jugar y del que no son más que unas pequeñas fichas que, quienes juegan el juego en serio mueven a gusto y placer.
Dijo Schiavoni el pasado miércoles que “en números redondos estamos más o menos en 80.000 vacunados con primeras dosis y 25.000 con segundas”. Miente. En Zárate vacunaron a 71.113 vecinos de Zárate con primeras dosis y a 24.460 con segundas dosis. Y Schiavoni lo sabe.
Lo que él hace es mezclar peras con bananas, puesto que los números que presentó tienen más que ver con el total de vacunados en Zárate, que hasta este jueves era de 78.937 inoculaciones de primeras dosis y 27.872 de la segunda. ¿Dónde radica la diferencia de vacunados?. En que se utilizaron vacunas remitidas a Zárate para vacunar a vecinos de otros municipios. ¿Por qué? Nunca lo explicaron. La única que intentó balbucear una respuesta fue Mattei quien lo explicó por la afluencia de personal de Salud de Rosario (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2021/06/17/tome-nota-mattei/), pero las aplicaciones a los oriundos de la cuna de la bandera solo representaron el 0,1 por ciento de las primeras dosis y el 0,2 por ciento de las segundas, es decir, Mattei también miente.
Y esto, que podría ser solo una cuestión “de números”, tiene implicancia directa en la vida cotidiana de los vecinos de Zárate, puesto que dado que no se utilizaron en vecinos zarateños las vacunas que se enviaron a Zárate para los vecinos del Distrito. Si las elecciones fueran este viernes, solo llegaría a las urnas con una dosis el 73,9 por ciento de los electores, y apenas el 33,9 por ciento de los inscriptos en el padrón electoral tendrían completo el plan de vacunación.
Pero es preocupante la desagregación de estas cifras. Más 3 de cada 10 electores mayores de 70 años, que están dispensados de la obligatoriedad de votar, no cuentan con ninguna dosis aplicada, y menos de 6 de cada 10 tienen el plan de vacunación completo, ¿Qué piensa hacer la Secretaría de Salud al respecto? ¿Tienen en mente un plan de contingencia para el 12 de septiembre? ¿Ya se han puesto en contacto con las autoridades electorales intervinientes para evitar un brote de contagios en Zárate a partir de las mayores concentraciones de personas el día de votación?
Deberían hacerlo, aún si se tiene en cuenta que entre los menores de 70 años se inoculó al 73,5 por ciento de los electores, pero apenas el 21,0 por ciento tiene aplicada la segunda dosis y con la salvedad que a aquellos que tienen entre 16 y 18 años aún no les llegó la posibilidad de vacunarse.
Sin embargo, ante esta realidad, Schiavoni prefiere seguir mintiéndole a los vecinos, lo cual le augura un gran futuro en un municipio en el que la mentira, el ocultamiento, la manipulación y la tergiversación son prácticas comunes y cotidianas utilizadas para gobernar el Distrito.