Provincia de Buenos Aires
Investigación

San Isidro convulsionado: Sabrina Citraro es una jueza ¿justa?

Sabrina Citraro, la jueza lastimosamente "célebre" por no garantizar en bienestar de los niños.
Maximiliano Martínez y su Madre quien esta al "cuidado" de los menores.
Maximiliano Martínez y su Madre quien esta al "cuidado" de los menores.
Domicilio de la madre, Carlos Tejedor 2252, Munro donde son vecinos reconocidos.
Domicilio de la madre, Carlos Tejedor 2252, Munro donde son vecinos reconocidos.
Domicilio laboral de Maximiliano Martínez en Olaguer y Feliú 4702, Munro.
Domicilio laboral de Maximiliano Martínez en Olaguer y Feliú 4702, Munro.
Maximiliano Martínez, el padre descuidado y desobediente con la aprobación de la jueza.
Maximiliano Martínez, el padre descuidado y desobediente con la aprobación de la jueza.

Sabrina Citraro vuelve a ser la protagonista de la historia, quién fue la juez que luego de dos horas de tener a un niño en crisis nerviosa y de llanto, no permitió que el SAME ingrese a revisar al menor que estaba atravesando ese cuadro.

En sí, Citraro se lo entregó en custodia exclusiva a su padre, con quien el niño claramente no quería estar, por eventos que vivió de extrema gravedad y haciendo caso omiso a los intereses del menor, dejó que, en medio de la desesperación y el llanto, el pequeño fuera subido a empujones al auto de su progenitor, como quien arría ganado.

En este caso, tras haber hecho alusión a la recordada jueza, NOVA se situó en lo que vivió Morena, madre de 3 hijos y tanto ella como los menores son, hasta la fecha, víctimas del proceder de Citraro.

En 2014 Morena comenzó el proceso judicial en el Juzgado número 2 de San Isidro jurisdicción de Sabrina Citraro, la demanda de alimentos y régimen de visitas hacia Maximiliano Martínez, progenitor de dos menores de 2 y 3 años en ese momento (de 9 y 10 años en la actualidad).

Las partes llegaron a un acuerdo en primera instancia que jamás cumplió Martínez y Morena, optó por reclamar a su ex pareja, de manera informal el incumplimiento del acuerdo firmado, dejando que todas las obligaciones económicas recayeran sobre las espaldas de la madre de sus hijos.

Ante este panorama angustiante Morena decidió recurrir al patrocinio de otros abogados, gastando dinero que no tenía, pero, Martínez tampoco se presentó a las audiencias. En 2017 los representantes de Morena, o mejor dicho del interés de los menores, presentaron una cautelar por alimentos provisorios a la cual la jueza Sabrina Citraro, quien hizo caso omiso, negándole a los menores, lo que por derecho les corresponde, la manutención.

Esta situación provocada por la inacción de Citraro, que debería como jueza de Familia haber preservado el bienestar de los menores, derivó en que después de 5 años de reclamos y demandas judiciales, denuncias contra Martínez por hostigamiento y violencia hacia su ex pareja y madre de los menores, quienes fueron testigos involuntarios de algunos de ellos, y no solo hablamos de violencia verbal y física sino también en formato vicario y económico.

Tras todos estos tropiezos y caídas, gastos en letrados para que Martínez jamás aparezca y lo que es curioso, jamás sea multado, ni siquiera apercibido por la jueza Citraro ya que incurre en desobediencia judicial termina en una historia irreal para una madre e hijos que piden ayuda.

Toda esta falta de respuesta y de soluciones, derivó a que en 2019 Morena colapsara, ya que ella era el único sostén económico, ocurriendo lo más impensado y temible, Morena perdió todo el alquiler de la casa donde vivía con sus hijos, ya que se registran altísimas deudas de impuestos y servicios más la deuda al locador del inmueble y así, esta madre con sus niños quedó en la calle.

Coincidiendo con el receso de verano los niños van a pasar unos días con su progenitor, Martínez, mientras Morena trataba de solucionar todo lo que tenía en manos, nada más ni nada menos, que procurar una vivienda digna para sus hijos y ella, pero Maximiliano Martínez se abusó de la situación de la que fue artífice sin haber jamás pagado la manutención correspondiente, sacó ventaja y desde ese momento no devolvió a los niños.

Martínez no solo no devolvió los niños a su mamá, sino que automáticamente impidió el contacto entre ellos y se mudó junto a los menores sin notificar ni al juzgado ni a la madre.

Morena realizó todas y cada una de las denuncias correspondientes, las mismas constan en el expediente que reposa en el Juzgado de Sabrina Citraro y no puede tener a sus hijos con ella nuevamente.

Es más, ella debe pagar cuota alimentaria a Martínez y Citraro le otorgó un régimen de visitas que en realidad lo maneja Martínez a su antojo sin importarle el daño que produce al vínculo materno filial.

La jueza Citraro no escucha a Morena ni a tantas otras mujeres que han pedido su ayuda y, en este caso, como dato a sumar a esta historia, Martinez no llevó más a los niños a la terapia ordenada por Citraro.

Esto, nadie lo percibió, los niños están desatendidos, su abuela paterna Elsa Romana Mancinelli es quien está a cargo de ellos. Su mamá que los conoce más que nadie, nota a los niños angustiados y emocionalmente muy frágiles casi al punto de quiebre, son niños de 9 y 10 años no pueden con todo este bagaje emocional y además sin asistencia adecuada ya que su padre no los lleva a la consulta psicológica.

Es perverso como todo el sistema Judicial con la jueza Sabrina Citraro a la cabeza, hacen y deshacen, destruyen vínculos tan caros y necesarios como en este caso el materno filial.

No se dio cuenta Citraro que a Maximiliano Martínez jamás le importó siquiera el bienestar de sus hijos? ¿Habrá algún tipo de represalia o respuesta? ¿Qué ocurrirá con los hijos de Morena?

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