San Martín, líder político o gran militar: a 171 años de su entrada a la inmortalidad

Si una habla de San Martin se pueden decir muchas cosas. Que nació en Yapeyu en 1778, actual provincia de Misiones; que una vez en España a los 11 años entro al ejército español 1789, y que se consagra con un ascenso al grado de Coronel por su destacada actuación en la batalla de Bailen en 1808; un triunfo sobre las tropas napoleónicas en territorio español.
También que dominada España por Napoleón, San Martin en 1812 se traslada al Rio de La Plata para continuar la revolución liberal español producida en España en nombre de su rey preso en Francia Fernando VII, en los únicos barcos que circulaban los océanos; los ingleses, desvirtuando que San Martin fue un agente inglés, ya que España perdió su flota en 1805 en la batalla de Trafalgar abandonando; España a sus colonias de ultramar; que al llegar a Buenos Aires en 1812 contrajo matrimonio con Mercedes de Escalada para ingresar a la elitista sociedad porteña de la mano de Marcelo T. Alvear, o que fue gobernador intendente de Cuyo en 1814, donde ejerció con mano dura un Estado de Bienestar y no la infantil afirmación que recaudo dinero de las joyas de las damas de las elite porteña y mendocina,
En su artículo 1° fija como feriado trasladable al 17 de agosto en conmemoración del “Paso a la Inmortalidad del General Don José de San Martín” pic.twitter.com/usLHpk7B4a
— Legislación y Jurisprudencia (@LegisJur) August 16, 2021
Tal vez la proeza de cruzar Los Andes en mula y no en un caballo blanco mitrista en 1817, portando una bandera que no es la argentina sino la de los Andes, debido a que el ejército era argentino y chileno; o el San Martin del acta de Rancagua, cuando traiciona a la Logia Porteña y no va a Buenos Aires a combatir a su paisano y amigo Artigas, migo de Artigas nuestro caudillo rioplatense, que la Historia Oficial Mitrista oculta o en su protectorado en el Perú donde vemos al San Martin político que tanto critico Mitre (único general en ejercicio que participo en numerosas batallas, y que nunca gano una sola); de ahí la envidia de don Bartolo, o la famosa entrevista con Bolívar considerada misteriosa, y lo único de misterioso era que Rivadavia le negó el apoyo para seguir la guerra por la independencia, dejándolo solo ante Bolívar que venía también victorioso de Colombia pero con un ejército superior y bien pertrechado.
San Martín solo puede darle sus granaderos, esos hombres tan victorisos y entrenados, que consiguieron los triunfos de San Lorenzo, Chacacubo y Maipú.
Y precisamente cuando una habla de San Martin lo que más lo caracterizo fue su cuerpo militar de elite que el mismo formo, forjo y les dio su impronta liberal traída de la revolución española (no el liberalismo trasnochado del payaso de Milei en la actualidad), ideas de una España y sus provincias de ultramar capaces de poder autogobernarse y sin necesidad de la tutela del Absolutismo Borbón.
Por eso, y hablando de ese cuepo de caballería custodia del Presidente de la Nacion, el 16 de marzo de 1812, el gobierno del Primer Triunvirato creó un escuadrón de Granaderos a Caballo, encargando la organización al recién nombrado teniente coronel de caballería don José de San Martín.
Al día siguiente de su nombramiento el nuevo comandante elevó el “Plan bajo cuyo pie deberá formarse el Escuadrón de Granaderos a Caballo”, que fue aprobado tres días después. Esta gloriosa unidad, luego remontada a regimiento, fue instruida por la mano firme y experimentada del mismo San Martín cuya tarea dedicó el ciento por ciento de su tiempo, eligiendo personalmente a sus oficiales.
La primera acción de armas del Escuadrón lo cubrió de gloria en San Lorenzo, el 3 de febrero del año siguiente. Convertido en regimiento con cuatro escuadrones, acompañó a San Martín durante las campañas que dieron la libertad a Chile y Perú. Destaca en su “Historia de San Martín” el general Bartolomé Mitre: “ ...este cuerpo que combatió en cinco repúblicas ha dado 16 generales, 60 coroneles, y 200 oficiales a nuestra historia militar.”
El 13 de febrero de 1826, finalizada la guerra de la independencia, regresaron a Buenos Aires los restos del Regimiento de Granaderos de los Andes, a órdenes de su jefe el coronel don José Felix Bogado. La Defensa Nacional fue su prioridad, combatir junto a su pueblo, el ejército samartiniano perdió su rumbo primero con los Generales Lavalle y Paz cuando regresan de la Guerra del Brasil fusilando al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Manuel Dorrego en 1828, luego al frente de Mitre en 1861 reprimiendo a las provincias y masacrando a sus habitantes, o la brutal guerra contra nuestros hermanos paraguayos que junto al Brasil masacraron a su pueblo, estos casos de Ejército Policíaco, nada tenían que ver con el ejercito sanmartiniano.
Continuó con el Golpe de Uriburu en 1930 contra el Presidente Yrigoyen, en la caída de Perón en 1955 y también el Golpe reciente en 1976 ejercito un terror sobre los argentinos nunca visto, la represión del enemigo interno fue la prioridad de estos ejércitos policíacos, que en vez de defender a la nación de una agresión extranjera se dedicaron a reprimir a su propio pueblo, o más bien en 1982 nos llevó a la más humillante y única derrota en Malvinas.
Por eso este aniversario es para reflexionar que nuestras Fuerzas Armadas tienen que ser del puebo y para el pueblo, como lo soñó San Martin cuando los creo.