Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate.
Comenzaremos haciendo algo que no se debe hacer, pero de vez en cuando está bien romper ciertos moldes. Comenzaremos "spoileando" el final del artículo. No. En Zárate no funcionó el aislamiento estricto implementado por el gobierno nacional durante la semana epidemiológica 21.
¿Por qué?: porque cada semana muestra la realidad de los días anteriores y no lo que pasa estrictamente en el transcurso de esos días, y la semana epidemiológica 21, semana que finalizó el 29 de mayo, significó una disminución del 8,1 por ciento de casos positivos respecto a la semana anterior, es decir, los casos venían en baja tras un breve repunte que había habido durante la semana epidemiológica 20. Sin embargo, la semana 22, semana finalizada el 05 de mayo, que es cuando comienzan a verse los resultados del aislamiento estricto, expone que los casos no se redujeron significativamente. Ni siquiera con la salvedad de comprar una semana plena frente a una semana que contó con dos días feriados y, en consecuencia, menos testeos.
Tampoco se redujo la cantidad de fallecidos que, al igual que la semana anterior, se situó en la misma cantidad de fallecidos semanales y con el antecedente de la manipulación y la aparición de fallecidos retroactivos, nadie puede garantizar que esta paridad se mantendrá fija.
Los amantes de las teorías contrafácticas, todas ellas incomprobables, dirán que si no se hubiesen implementado estas medidas los resultados hubieran sido peores. Quizás así sea o no, nadie tiene datos empíricos para comprobarlo.
Pero veamos los datos concretos: se redujo la circulación, se cerraron comercios, se contrajo la economía, no se dictaron clases presenciales y la situación no mejoró. La tasa de positividad, cantidad de positivos sobre casos testeados, creció casi un punto y medio respecto a la semana anterior y se sitúa en un alarmante 47,92 por ciento, muy por encima del 37,36 por ciento de la Provincia de Buenos Aires para el mismo período.
En la semana 22 se contagiaron más jóvenes que la semana anterior y, curiosamente, casi se duplica el porcentual de contagios entre niños y jóvenes en edad escolar.Si se contagian más sin ir al colegio, ¿Por qué no dejarlos ir al colegio?. Sí hace varias semanas que no hay clases presenciales y aumentaron los casos de contagios en jóvenes de edad escolares, que no están yendo a la escuela. A las claras está que el problema no pasa por la institucionalidad sino por el accionar de cada uno en el día a día. El problema no es dónde sino quién y qué.
No se escuchó ni a los gremialistas, ni a los consejeros escolares, ni a los concejales, ni al propio intendente opinar al respecto. ¿Qué explicación tienen sobre el tema?
Zárate tiene una razón de casos de 0,81 en los últimos 14 días respecto a las dos semanas anteriores, una incidencia de 806,6 casos cada 100.000 habitantes y, según las palabras de las autoridades municipales, una ocupación de cama que nunca superó el 90 por ciento de manera sostenida. ¿Por qué entonces se aplican medidas tan drásticas si la realidad no cambia?.
¿Cuáles son los costos económicos, sociales, humanos que se están produciendo con el accionar gubernamental? ¿Alguien lo está evaluando? Me temo que no, y que cuando se tome conciencia será demasiado tarde.
Lo que sí mejoró mucho en la semana epidemiológica 22 fueron los índices de vacunación. En ninguna semana epidemiológica se vacunó tanto como durante esta semana. El 13,8 por ciento del total de las dosis que se aplicaron en Zárate desde que comenzó el plan de vacunación, se realizaron en la última semana, pero en la semana epidemiológica 22 volvimos a lo anterior y solo se completó la vacunación de 70 personas.Sí, durante la última semana se completó la inoculación de tan solo el equivalente al 0,05 por ciento del total de la población del municipio, aunque no fue tanto porque casi el 10 por ciento de estas segundas dosis se aplicaron a vecinos que no viven en Zárate, número que se estira al 11 por ciento en el caso de las primeras dosis.
Parece un chiste, es trágico.
¿Para qué entonces el aislamiento más estricto?, ¿por qué cercenar libertades?, ¿por qué cerrar comercios?, ¿por qué no dictar clases presenciales?, ¿por qué tanto show epidémico si no se consiguen los resultados que se buscan?. Si la situación no mejora con todo esto, ¿no será que en realidad la situación se agrava por la violación sistemática de normas que nadie garantiza su cumplimiento?.
Y por si fuera poco, se dice que lo que se busca es ganar tiempo para vacunar y las vacunas se aplican a vecinos de otros Distritos. ¿Por qué tanta mentira?, ¿por qué no hablar con la verdad, aunque duela?. Como dijera Václav Havel “nos hemos dado cuenta de que lo que hace un año nos parecía solamente una casa descuidada era, en realidad, una ruina”. Lo que se hizo hasta aquí está mal. Hay que cambiar. Y es necesario hacerlo urgentemente.
Posdata: “Cáffarolandia” informó 11971 casos positivos y 305 fallecidos. La realidad es que ayer lunes en Zárate, había acumulado 12036 casos positivos y 309 decesos; el tema, que muchos funcionarios no registran, es que Zárate no es “Cáffarolandia”.