Provincia de Buenos Aires
No pagan

Zárate: no, no están solos

La gente trabaja y no recibe lo que realmente merece.

Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate

Una de las principales características del trabajo es recibir el pago por las tareas desarrolladas. ¿Qué duda cabe?. Esto, que parece una verdad de Perogrullo, no es tan así en la Municipalidad de Zárate: primero, fueron los empleados de la empresa recolectora de residuos que, aun prestando servicios a un contratista del Estado, le reclamaban al mismo el haber incumplido sus promesas. Luego fueron los empleados de Salud, que reclamaban el pago de los haberes de abril, y seguidamente muchos de los empleados municipales que, al recibir sus emolumentos, se encontraron con que habían recibido menos paga, aunque sin saber el porqué, porque aún no se habían hecho con sus recibos y por ende no sabían qué se les había pagado y cuánto.

Por otro lado, más adelante fue el caso de los empleados de Salud tercerizados, que pese a haber un viejo fallo del Tribunal de Cuentas, que tras una Rendición de Cuentas de esas que la concejal Alejandra Caputo dice que se aprueban año tras año, quienes pese a haber cumplido con la entrega en tiempo y forma de la documentación, no recibieron el pago.

¿Por qué el Municipio no paga?. ¿Por qué no cumple la palabra empeñada?. No basta con obligar a los trabajadores tercerizados a seguir y seguir para poder cobrar porque si no trabajan no cobran. No basta con no cuidar a los empleados de plantilla, a quienes en un año y medio lo único que les dieron fue una charla y un kit, y a quienes les descuentan dinero de sus haberes. No basta con nada de eso, además, no pagan.

Y en medio de todo, la gente, los empleados, los que día a día tienen que salir de sus casas para poder cobrar a fin de mes, con las peculiaridades del caso, y poder llevar el pan a sus mesas. Empleados que deben enfrentarse, en línea con lo que ya mencionáramos en nuestra nota “¿Quién podrá defenderlos?”, con la decisión municipal de contratar una junta médica para “evaluar” la condición del personal, que, por distintas razones, se encuentra con prescripción médica para no asistir al trabajo.

Esta es una realidad que se vive en casi todos los trabajos, el empleador busca que sus empleados cumplan con su deber, aunque el empleador no cumpla con los suyos, pero en este caso se agrava porque a muchos de los empleados se los intimó a retomar tareas bajo riesgo de despido.

Claro está que esta realidad apunta a los empleados municipales y no a los funcionarios, quienes pudieron tomarse licencia cuando los empleados no, pueden “estar al margen” por denuncias judiciales en las que piden sobreseimientos que le son denegados, pueden “fichar e irse” mientras la plantilla municipal debe seguir al pie del cañón, incluso muchos de ellos dentro de oficinas de atención al público en oficinas que no atienden al público. ¿El gremio de los municipales está al tanto de todo lo enunciado?. ¿Ha hecho algo al respecto?.

¿Qué se busca?, el adoctrinamiento del empleado, su silencio y su complicidad. Y aunque sigue funcionando en muchos casos, al fin de cuentas muchos de ellos son sostenes de familia y requieren del sueldo a fin de mes para poder alimentar a sus familias, el temor comienza a dar paso a la verdad.

Cada vez son menos los que tienen miedo. Cada vez son más los que quieren hacer las cosas bien. Por eso es importante separar entre quienes son cómplices de la mentira y que con su aplauso cómplice pretenden mantener el status que por conveniencia de quienes, por necesidad, terminan siendo útiles a la mentira oficial. Y fundamentalmente acompañar a quienes quieren hacer las cosas de otra manera, que no están solos, que son muchos los que saben que las cosas no se hacen bien y están dispuestos a trabajar por cambiar las cosas.

Contamos con ellos y ellos cuentan con nosotros. Sabemos que muchos son perseguidos y temen por su trabajo. No están solos. Todos tenemos que alzar la voz para que las cosas cambien. Para que quien trabaje cobre, para que quien hace las cosas mal no sea premiado. Para que la obsecuencia no sea el método de trabajo municipal. Muchos empleados hablaron y logramos que algunas cosas cambiaran, juntos haremos que todo siga cambiando.

No, no están solos… aunque quieran hacer creer que si no siguen las prácticas municipales solo los espera el desierto.

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