Provincia de Buenos Aires
No tiene cara

Escándalo en San Miguel: la hija del ex intendente De la Torre en una fiesta clandestina

Mientras tanto, un delegado que responde a Joaquín De la Torre le retiraba las urnas al personal esencial cuando debían elegir autoridades para mejorar las condiciones laborales.

En medio de una pandemia, los hijos de funcionarios organizan fiestas clandestinas en plena pandemia mientras los trabajadores de la salud reclaman por mejores condiciones para realizar su trabajo y son perseguidos con la policía.

El día de hoy circuló un video publicado en Instagram por Catalina De La Torre, hija del intendente, el cual fue difundido por el medio Total News, donde se observa el desenfado en que ella, sus amigos y otros hijos de funcionarios, bailan, saltan y gritan durante una fiesta en uno de los locales de San Miguel “habilitados” a tal efecto.

Claramente, esto se da en medio de las reglamentaciones que se dictaron en pandemia pero que los chicos del poder no cumplen. No hace falta decir que la distancia social y los barbijos, brillaron por su ausencia, al igual que cualquier tipo de control municipal.

Catalina es hija de Joaquín, caudillo político de San Miguel y patrón de desguace de Indios Chapaleufu, lugar de excelencia del Polo argentino, donde tiene ubicada su base de operaciones políticas y personales, “flojita de papeles” (¿ocupas?), y desde donde maneja vida y obra de gobernantes y gobernados, incluida la oposición, que mantiene cierto grado de “dependencia”, como así también opera en la Justicia, incluida la procuración provincial a muy alto nivel.

Lo que más impresiona de esto es que, como si se tratara de dos dimensiones, el delegado de De la Torre en la intendencia, Jaime Méndez, ordenaba retirar urnas de una votación gremial que se desarrollaba en el hospital Larcade.

Sus trabajadores decidían autoridades que los representen en sus reclamos de mejores condiciones laborales que se vieron totalmente sobrepasadas por la pandemia de Coronavirus, precisamente propagado por falta de controles.

Recordemos que una de estas “habilitaciones” causo la muerte de Lucia Costa en un café-resto de San Miguel que usaba calefactores de alcohol en las mesas.

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