El transporte público de Córdoba sigue esperando el cambio real

*Por Ana Nemer Pelliza
Es sabido que el costo del servicio público de transporte de pasajeros de Córdoba es soportado por el Estado dividiéndose en Nación 118 millones de pesos, provincia 90 millones de pesos y Municipio 60 millones de pesos, lo cual permite mantener el precio del boleto, por ahora, en 43 pesos. Casi un tercio de la líneas registran una demora promedio de 20 minutos entre cada pasada perjudicando al ciudadano que debe cumplir con horarios de trabajo y/o estudios. A esto se suma las 48 líneas que se declararon “estresadas" al completar su posibilidad de usuarios a los 10 minutos de su recorrido teniendo que esperar la próxima unidad una y otra vez.
Las burbujas escolares y las clases virtuales en las universidades produjeron una reducción del 60 por ciento de boletas cortadas comparado con igual mes del año anterior. Pero esta disminución de consumo no mejora la calidad del servicio atento a la suba de los impuestos y combustibles. El Estado no puede aumentar constantemente el boleto por el costo político que le producen; los empresarios están soportando el costo de los aumentos de la nafta, de las actualizaciones de los sueldos de sus empleados que por convenio son muy bien remunerados y de la carga impositiva, reduciéndose sus ganancias significativamente, produciendo una disminución en la inversión y siendo siempre el más perjudicado los usuarios que sufren esperando en las paradas.
Esto tendría una posibilidad de solución si se incorpora la tecnología en su logística, reduciendo los costos y aumentando la efectividad del servicio. Si los usuarios con un app supieran a qué hora en cada parada pasarán la próxima línea podrán planificar y decidir qué transporte usar o cual parada acudir para llegar a tiempo. Al mismo tiempo si se utilizara la circunvalación para el recorrido en aquellas líneas que no entren al centro evitarían las congestiones en las horas picos y agilizarían el servicio en puntos extremos de la ciudad. De esta forma se aumentarían los usuarios del servicio disminuyendo el tráfico individuales beneficiando no solo al ciudadano sino al medioambiente.
El transporte el público se encuentra con una realidad que podría mejorarse utilizando la tecnología para tener un sistema de trasporte eficiente. A esto se debe agregar la imperiosa necesidad de tener funcionarios aptos para elaborar un proyecto que tenga en cuenta las diferentes aristas del problema, con equipos técnicos especializados que presenten propuestas y no seguir engordando al Estado con empleados puestos a dedo, partidarios, amigos y familiares que no hacen más que dificultar la solución del problema. En este sentido, el costo de incrementar el gasto público solo en mira de eternizarse en el poder conlleva a sistemas caros y deficitarios los cuales perjudican directamente a los ciudadanos de a pie.