Mientras el mundo opera en zona de máximos históricos, los activos argentinos en Wall Street tocan mínimos. Las compañías locales valen entre un 20 y hasta un 6 por ciento de lo que valían en 2018. ¿El motivo? Factores nacionales agravados por los internacionales.
A la gran apatía del mundo inversor respecto de los activos argentinos que refleja la incertidumbre económica que hay tras la recesión de 2020, se suman los grandes desafíos macroeconómicos y las elecciones de este año.
Así las cosas, el flojo inicio del 2021 marca que las acciones nacionales fueron las que más perdieron en 2018, 2019 y 2020. Los Adrs también arrancaron a la baja. En las primeras tres semanas del año, YPF perdió un 31 por ciento de su valor; el sector financiero cayó entre un 10 y un 13 por ciento; mientras que Loma Negra y Edenor retrocedieron entre un 15 y un 20 por ciento.
En términos generales, YPF y el sector financiero valen un 20 por ciento de lo que valían antes de las PASO en las que triunfó Alberto Fernández y el resto de las acciones valen menos del 40 por ciento.
Las acciones argentinas restan un 10 por ciento en dólares, uno de los peores desempeños cuando se lo compara con las bolsas de los países desarrollados y también los emergentes más representativos. En tanto, el mercado accionario local registra pérdidas de las acciones en los últimos tres años que alcanzan el 94 por ciento, incluso por debajo de los valores de 2001.
En un marco de economía recesiva y con alta inflación, sumado a los efectos del coronavirus, el Gobierno de Fernández se encuentra negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un crédito de facilidades extendidas.
En este contexto, el operador financiero Christian Buteler, simplificó el asunto en un preocupante escenario: no existen causas que motiven a invertir en el país: “Toda inversión es de corto plazo para buscar retornos rápidos y para cuando quieren salir no hay compradores. Argentina viene en caída desde 2018”. Lisa y llanamente, no hay interés por invertir en el país.