Literarias
Cuento breve

Y pensar... en nada

Simplemente se alejó para desarmar su carpa, dejándolo con la palabra en la boca. Ignorándolo por completo. Odiaba ese “necesitás machista”. (Dibujos: NOVA)

Por Mariela Battistessa, especial para NOVA

Ultimo día del glamping para Lucía y afortunadamente no se había cruzado con su ex. Se había propuesto “simplemente pensar en nada”.

El día era soleado pero fresco. Los campistas se sumergían en las aguas termales. Al sur, varios niños jugaban al futbol. Al norte, junto a los árboles, algunas parejas se acurrucaban sobre unas mantas. Se sentía feliz en la naturaleza, lejos de los edificios, las redes sociales y la tecnología.

Todo era perfecto, había pasado la tarde en el césped, tumbada sobre la hierba cálida, simplemente mirando el cielo tratando de aclarar sus ideas. Deseaba tener esa capacidad con que cuentan los hombres de “pensar en nada”, de poder contar con un cerebro como el de ellos, conformado por cajitas separadas con una llamada “nada”. La paz duró poco.

Mientras guardaba su ropa en la mochila, sus manos tropezaron con las de otra persona.

-¿Lucía?

Su ex se quedó mirándola. Ella pensó que parecía más contento de verla que sorprendido, pero no estaba segura. Notaba un hormigueo en el estómago y algo más.

Y ese algo era rechazo.

Ahí estaba, recordó de inmediato la última discusión que habían tenido y paradójicamente fue por la virtualidad. El la acusaba por una infidelidad virtual, le reclamaba por tener mensajes en su muro de Facebook.

Mensajes que eran de tres años atrás, cuando ella tenía otro novio. En efecto, él se había puesto a stalkear su muro y había encontrado posts que según él no debían estar ahí. Esto sumado a la personalidad infantil y arrogante de él, sólo provocó que Lucía se alejara definitivamente.

Y ahí estaba otra vez.

-¿Cómo estás Lucía?, le preguntó su ex.

-Siempre me lo preguntan y digo que todo va bien.

-Me gusta asegurarme.

-Te gusta mantenerlo todo bajo control -Lucia arrugó la nariz- “maldito controlador”, pensaba, esa había sido la última causa de su afortunada separación.

-Necesitas un hombre, ese “bien” no significa feliz.

A ella “bien” le parecía suficiente. Simplemente se alejó para desarmar su carpa, dejándolo con la palabra en la boca. Ignorándolo por completo. Odiaba ese “necesitás machista”.

Estar “bien” y alejada de dementes, la hacía sentirse segura y le permitía dormir. Si tuviera mucha felicidad en su vida, le preocuparía que alguna fuerza equilibrante quisiera castigarla arrebatándole algo de esa felicidad. Por eso prefería estar “bien”, sin más. Ella quería un hombre normal. Sus amigas se habían enamorado de hombres normales y agradables, de buenos tipos, así que supuestamente existían.

Ya retornando a su hogar en la gran ciudad, mientras escuchaba música en https://youtu.be/AHvqInxW9Ko , apretaba sus labios al darse cuenta de que sabía lo que quería.

Lo imposible, suponía. Un hombre que hiciera latir más deprisa su corazón, que la entendiera a ella y a su mundo y para el que eso fuera bastante. Un hombre al que se imaginaba con toda claridad y al que sin embargo el destino procuraba por todos los medios que ella no lo viera.

Continuará…

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