El columnista invitado
Mirada

La liturgia kirchnerista

Alejandro Tancredi, abogado y conductor del programa "Argentina, Sociedad Anónima"

Por Alejandro Tancredi, abogado y conductor del programa "Argentina, Sociedad Anónima"

“Hay que tenerle miedo a Dios y a mí, un poquito”. Así se expresaba en alguno de sus discursos la entonces presidente y hoy vicepresidente de la Nación, Cristina Fernández.

Otra declaración en línea y absolutamente coherente con su concepción del poder: absoluto y de carácter divino, al igual que Luis XIV, “el rey sol”. Así se lo definía, ya que súbditos y asistentes debían girar en torno de él, como los planetas lo hacen alrededor del sol. Solo se obtenía su aprobación con adulación.

En la concepción “cristino-céntrica” todo aquello que se opone a sus deseos, designios y ambiciones, está mal y no solo está mal, es el mal. Ya lo decía su principal adulador, Alberto Fernández en su momento, cuando las marchas en oposición a sus medidas se convocaban en las calles, “cuando termine esta pandemia marchará la gente de bien”.

En línea con ese derrotero la administración de justicia también debe alinearse. Así es que el entonces juez Claudio Bonadío, con causas en su contra, pasaría a convertirse en “extorsionador, sicario y pistolero”, según las oportunidades en que fuera mencionado.

Cuando aún no han transcurrido dos semanas de las elecciones, un fallo que no será objetado por “lawfare”, el del Tribunal Oral Federal 5 sobresee a Cristina Fernández, sus hijos Florencia y Máximo y un largo listado de nombres del “universo Cristina”, cancelando un juicio por lavado de dinero.

Son los jueces Adrián Grunberg y Daniel Obligado pertenecientes a la agrupación “Justicia Legítima”, los que consideran que no hubo tal delito; vota en disidencia la jueza Adriana Palliotti quien considera que los hechos deben ser juzgados.

Tocará al fiscal Diego Velasco, quien había pedido se fijará fecha para el juicio, apelar esta sentencia.

De no prosperar su acción, quedarán “absueltos por la historia” un denso entramado de negocios cruzados de: asignación de obra pública, contrataciones hoteleras, actividades inmobiliarias, gerenciamientos y un verdadero mecanismo armado para reciclar dinero del Estado, de parte de empresarios, hacia sus favorecedores en el mismo.

En una verdadera hipótesis, afirmada en el teorema que nos impulsa ante los funcionarios, de “piensa mal y acertarás”, el fallo de 375 páginas, da la sensación, que ya estaba escrito para ser dado a conocer tras el comicio. Los jueces, discípulos del juez Eugenio Zaffaroni, no “jugaron a los dados” con el universo del cual forman parte. Nuevamente en la justicia adicta “se alinearon los planetas”.

Queda confirmado que, al igual que con los contratos de obra pública, desnudados en su concreción, hay para cada sector de interés un mecanismo. El poder se permite, en su ejercicio sin contrapesos, hacer su voluntad. Sin necesidad de ajustarse a ninguna norma.

La verdad es tan cierta como necesiten de ella. Si así no fuera, está el relato y en caso de que con este no alcance, la “post verdad”. Un artilugio semántico que permite construir, a través del discurso, apelando a emociones y deseos del público, una nueva aseveración. Preocupa una sociedad afirmada sobre estos sofismas.

Pero como “los sueños, sueños son” cabe esperar que la sociedad despierte de lo que, a todas luces, es una pesadilla. En tanto se van colando personajes que pretenden eternizar este momento ya que, al igual que en los sueños, cuando despertemos, desaparecerán. Debemos, sabedores, un poco por evidencias, otro por experiencias que el “esquema Ponzi” está llegando a su fin.

La tenacidad de sus protagonistas en sostenerlo es la prueba. Al igual que los malabaristas con los “platos chinos” no les alcanza el tiempo para seguir manteniendo a todos en rotación. Pero están obligados en su fe, sus intereses y en tributo a su líder a esforzarse, porque si fallan serán acusados de apóstatas y ex comulgados de la república teocrática que, esperemos, no termine de consolidar.

El mismo presidente se debe, en una verdadera obediencia debida, a rectificarse sobre sus propios pasos.

La misma noche del comicio afirma en un discurso grabado “se han cometido errores, yo mismo he cometido errores” y otra serie de aseveraciones que son, ni más ni menos que empanadas de aire. Guardando las formas, pero sin sustancia, sin “relleno”.

A pocas horas ante una multitud de fieles de la república teocrática kirchnerista, invita a celebrar el triunfo bajo el salmo de la sacerdotisa Victoria Tolosa Paz “ganar perdiendo”, eso sí, marcando a la oposición con el estigma de “ganar perdiendo”.

Al igual que la frase de Napoleón ante el mapa de operaciones antes de la batalla de Waterloo, cuando al indicar sobre este se le quiebra el lápiz y, ante la mirada atónita de su Estado Mayor, pronuncia la célebre frase “también venceremos al destino”.

“Hay que contagiar esperanza, cuando muchos siembran frustración y odio”, fue su frase pastoral en el Día Mundial de la Ingeniería. El acto de la Cámara Argentina de la Construcción se llevó adelante en la Confitería del Molino, un sitio clásico, reconocido entre otros productos por sus célebres empanadas de Vigilia. Sus palabras fueron otra empanada: una rellena de aire.

Ya en el acto del día de la militancia había dejado para la historia en la Plaza de Mayo otras empanadas de aire. Allí, descalificaban el diálogo, al que había llamado, a parte de la oposición. Como los chicos caprichosos, malos jugadores, pero dueños de la pelota los demonizó con un simbólico “vos no jugas”. Otorgaba carácter de asamblea al encuentro de adictos a la “misa empanadera”.

Los miembros de la Cámpora, que saben de guisos y bocados jugosos, prefirieron ausentarse de la mesa donde se servía este menú insustancial.

Su proyecto de “Ley de envases y economía circular” que administraría Juan Cabandié, del área de medioambiente, podría reportarles unos … tomó aire: cuatrocientos mil millones de pesos que manejarían discrecionalmente. ¡Qué no les vengan con empanadas de aire! Una nueva caja para seguir, sin eufemismos, el teorema de Daniel Gollán “Con platita es otra cosa”.

¿Cuántas voluntades se pueden comprar, manteniendo sometidos a los necesitados? La estrategia es clara: seguir nivelando hacia abajo mientras ellos siguen ascendiendo.

Luana Volnovich, desde el PAMI, suma otra empanada de aire, “fútbol para todos”, gratis para los jubilados en los centros de todo el país. Se me ocurren infinidad de observaciones de todo tipo, innumerables. Se aceptan comentarios de jubilados.

En tanto, Luis D’Elía, de la línea inquisitorial de la república teocrática, cual un Torquemada, llama a fusilar a Mauricio Macri en Plaza de Mayo y traza líneas de política internacional. Abandonar las propuestas de Gustavo Béliz, en línea con los Estados Unidos y acercarnos a Rusia, China e Irán, en consonancia con lo que hace Cristina.

En una reconfiguración del mapa estratégico, avalado por el empresario Gerardo Ferreyra, titular de Electroingeniería y socio de la empresa china Gezhouba en la construcción de las represas en Santa Cruz.

Este propone “patear el acuerdo con el FMI” y presenta su “plan B”, según el cual se podrían generar 100.000 millones de dólares de exportaciones mediante la creación de un fideicomiso de inversión para el crecimiento y la exportación, del cual saldrían los fondos para pagar al FMI. Otra empanada de “doble aire” de un cocinero anotado en “los cuadernos de Centeno”.

Amado Boudou, ex convicto, ladrón de Estado, se aparta del partido de D’Elía, MILES, y forma uno nuevo como ala del partido teocrático, con la furibundia de la impunidad.

Sus principios son acompañados por la ex azafata y embajadora Alicia Castro, la diputada saliente Fernanda Vallejos “disidente” de Alberto Fernández y otros personajes que no solo proponen atrasar el tiempo, sino que nosotros les sigamos pagando, mientras perdemos el nuestro, ya que todos ellos y otros son jubilados de privilegio.

Verdaderos “Soberanos…” (le dejo a usted completar los puntos suspensivos) que también aportan su empanada de aire.

Ya no solo “Arde la ciudad”, sino que es el país en distintos puntos. En Rosario la violencia explícita se acentúa cada día más, según registra la crónica diaria. En el conurbano ocurre otro tanto.

En el sur, escala la violencia pseudo mapuche con muertos, que Facundo Jones Huala llama a vengar “con sangre”. Es el mismo por quien se preocupó el embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, quien la emprende contra el candidato de derecha José Antonio Kast, generando un entuerto diplomático. En Bolivia, nuestro embajador Ariel Basteiro junto a Evo Morales, llama a crear “la patria grande”.

Ambos embajadores, verdaderos “curas tercermundistas” de la teocracia kirchnerista, encargados de reforzar la religión como cruzados, repulgan empanadas de aire cuando “el horno no está para bollos”.

Aníbal Fernández suma a su gabinete a Marcelo Sain, quien fracasó en Santa Fe en el tema seguridad, como funcionario de la misma área, con sueldo de unos 400.000 pesos.

Axel Kicillof espera poder obtener el apoyo del congreso provincial, que le permita ampliar su gabinete para sumar nuevos funcionarios que amplíen su sobrevivencia política. Los intendentes que forman parte de su frente buscan cobrar la factura de “la remontada” con una nueva reelección. Todos esmerándose en amasar la masa de otra empanada de aire.

En Formosa, tierra del “arzobispo” Gildo Insfrán, de la línea dura de la teocracia kirchnerista, un seguidor fiel hasta el tuétano profundo, el profesor de filosofía Ubaldo Soraire descalifica a un alumno por haber concurrido a un acto con Javier Milei y lo amenaza con un “Gildo te tiene controlado”.

Fernando Valenzuela, el alumno, deberá defender su trabajo en diciembre o marzo, a arbitrio del profesor de filosofía, émulo de Martín Heidegger, en su cruzada desde el púlpito que le brinda el aula por más teocracia kirchnerista.

A la polenta, fideos, harina, inseguridad, desocupación, pobreza, indigencia e inseguridad, ahora se suman las “empanadas de aire”. Descubrimos el truco, no nos lo “comamos”.

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