Provincia de Buenos Aires
Mirada

Zarate: ¿A quiénes representan? los elegidos por el pueblo

Una de las ideas fuerza para sostener esta noción es que los ciudadanos elegimos, cada dos años, a nuestros representantes.

Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate

Todos repetimos como un mantra que Argentina lleva 38 años de democracia y que el sistema democrático es el mejor que hemos conocido, aún con sus falencias, para regir nuestro destino como sociedad. Una de las ideas fuerza para sostener esta noción es que los ciudadanos elegimos, cada dos años, a nuestros representantes.

¿Pero es cierto esto? ¿Los ciudadanos elegimos a nuestros representantes? ¿Los representantes representan a los ciudadanos? ¿A todos? ¿A cuántos de ellos?

Para entender lo que estamos planteando es necesario tomar la base legal, al ser la elección de los representantes del departamento deliberativo un juego de suma positiva, la representación es múltiple y cada vecino electo representa a una porción del electorado, a diferencia de la elección de Intendente, donde la misma es de suma cero, y por ende solo una persona se lleva todo y representa a todos.

En el caso de la elección a concejales, según el artículo 109 de la ley electoral bonaerense, ‘Hecha la suma general de los votos computados de cada Sección o Distrito Electoral y las del número de sufragios que haya obtenido cada una de las boletas de los partidos o candidatos, clasificando éstas según la denominación con que fueron oficializadas, la Junta Electoral procederá del modo y en el orden siguiente:

A) Dividirá el número total de sufragios por el número de candidatos que corresponde elegir, según la convocatoria. El cuociente de esta operación será el cuociente electoral.

B) Dividirá por el cuociente electoral el número de votos obtenidos por cada lista, los nuevos cocientes indicarán los números de candidatos que resulten electos en cada lista.

Las listas cuyos votos no alcancen el cociente carecerán de representación.

C) Si la suma de todos los cocientes no alcanzase el número total de representantes que comprenden la convocatoria, se adjudicará un candidato más a cada una de las listas cuya división por el cuociente electoral haya arrojado mayor residuo, hasta completar la representación con los candidatos de la lista que obtuvo mayor número de sufragios en la elección. En caso de residuos iguales, se adjudicará el candidato al partido que hubiere obtenido mayoría de sufragios.

Para determinar el cuociente no se computarán los votos en blanco y anulados. Veamos entonces lo ocurrido en Zárate el pasado domingo.

En Zárate hubo un total de 66.668 votos, a los que debemos restar los 2509 votos en blanco y los 825 votos anulados, por lo que los votos positivos fueron 63.334, que sirven para calcular el ‘cuociente electoral’, comúnmente denominado ‘piso’, planteado en el punto a), el que se ubicó en 6.333 votos.

Al seguir con lo establecido en el punto b) y dividir los 26.931 votos obtenidos por Juntos y los 23.000 obtenidos por el Frente de Todos por el cuociente electoral, nos da que a Juntos le corresponden 4,25 concejales y al Frente de Todos 3,63. Éstos dos frentes electorales fueron los únicos que superaron el piso.

La aplicación del punto c) contempla el reparto final de 6 concejales para Juntos, provenientes de los 4 del número entero del cuociente, más 1 por el resto de 0,25 y uno más que es el que queda libre al final del reparto, y 4 para el Frente de Todos, resultante de los 3 del número entero del cuociente más uno proveniente del resto de 0,63.

Pero volvamos al planteo inicial, ¿Los representantes representan a los ciudadanos? ¿A todos? ¿A cuántos de ellos?

La ley electoral plantea una estructura centrípeta del sistema, permitiendo un reparto entre pocos y premiando, llegado el caso a quien gana, ambas cosas tuvieron efecto en Zárate en las elecciones del pasado domingo.

Atento a que en Zárate estaban habilitados para votar 98.750 ciudadanos, de los que según el recuento provisorio votaron 66.668, descontando los votos positivos a los frentes que obtuvieron representación, los nulos y en blanco, quedan 16.737 votos por propuestas que no lograron superar el piso mínimo para participar del reparto de escaños.

En consecuencia, los concejales electos representan tan solo a 1 de cada dos ciudadanos zarateños. Bastante poco para decir que representan a los vecinos del Distrito.

La mitad de los zarateños habilitados para votar no tienen representación en el Concejo Deliberante. Solo en la elección de 2001 hubo más vecinos que quedaron sin representación.

El desafío es cómo incorporar a la representación política a esos 48.819 vecinos que no tienen representación.

La reforma electoral es sumamente compleja porque ninguna fuerza política con representación avalará la modificación del ‘status quo’ porque eso podría significar la pérdida de escaños si, por ejemplo, se trabajara en un sistema de representación que garantice mayor representatividad en los cuerpos deliberativos sumando más voces al debate.

Un sistema de reparto de escaños menos centrípeto provocaría una mayor diversidad y la necesidad de acuerdos más amplios que traerían como conciencia mayor representatividad y respaldo popular.

Hay que imaginar nuevas formas de participación política ciudadana en el ámbito local. Así como tiempo atrás fue innovadora la propuesta de la Banca Abierta, que es por propuesta del ciudadano, o la Audiencia Pública, que es por propuesta de los representantes, es necesario generar nuevos mecanismos.

Los que están no son suficientes. Y mucho menos cuando oficialismo y oposición suelen tener posiciones tan similares y accionares tan afines. Es necesario escuchar a los sin voz, valga la paradoja.

Los representantes no representan a todos los ciudadanos. Los diez vecinos electos el pasado domingo representan tan solo a la mitad de la ciudadanía y una democracia no se construye dejando afuera, políticamente, a la mitad de los zarateños, como tampoco se la construye excluyendo, en términos económicos, a más de la mitad de los vecinos.

Hay que pensar nuevas representatividades, y no se puede esperar a la próxima elección.

Ya lo dijeron Pedro y Pablo tiempo atrás, ‘tenemos que hacernos un mundo mejor, porque este está enfermo, y nosotros no’.

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