Ataques al corazón: los principales médicos somos nosotros mismos

Por el doctor Eduardo Silvestre (*)
La mayoría de los “ataques al corazón” son producidos por el taponamiento total y brusco de una o más arterias coronarias. En el lenguaje médico se lo denomina Infarto Agudo de Miocardio (IAM). La causa más común es la Enfermedad Coronaria (EC).
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— FacultadMedicinaUNAM (@FacMedicinaUNAM) September 29, 2021
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Es importante tener hábitos saludables y asistir regularmente a consulta médica. #MásSalud pic.twitter.com/BtJvOmAboL
Esta última es un proceso que se desarrolla en forma lenta, a lo largo de los años, y que consiste en la formación progresiva de un coágulo en las arterias que irrigan al corazón. Si el corazón no recibe oxigenación durante un lapso de tiempo, el tejido muscular cardíaco muere y no se regenera.
El IAM es la principal causa de muerte de hombres y mujeres en todo el mundo. El riesgo de sufrir un infarto es de 9 casos cada 10.000 personas por año, con una letalidad del 9 por ciento.
En la Argentina, el 32 por ciento de las muertes ocurren por causas cardiovasculares. Cada 13 minutos una persona sufre un infarto, y la mitad de esas personas no recibe tratamiento al momento del ataque. Esto aumenta las probabilidades de fallecer o de quedar con secuelas graves e irreversibles.
Es importante señalar que un gran número de las personas que logran sobrevivir al ataque agudo quedarán con importantes secuelas que perdurarán toda la vida. Esto generará un fuerte impacto sanitario en términos de calidad de vida, discapacidad y costo relacionados con la enfermedad.
La clave para sobrevivir y disminuir la magnitud de las secuelas es la atención inmediata ya que la demora conduce a una pérdida irreversible de la función cardíaca. “Tiempo es músculo”, se repite en la jerga cardiológica.
Un estudio a nivel nacional sobre IAM halló que el intervalo de tiempo entre el inicio de los síntomas hasta la admisión en un centro hospitalario mejoró en los últimos 20 años, pasando de 4,5 horas a 4 horas. Pero aún así, dista mucho del tiempo ideal de intervención, que debería ser menor a 90 minutos. Esta situación se agrava en el interior de nuestro país, con una demora de 7,5 horas promedio.
Causas
Como ya mencionamos, la principal causa de IAM es la obstrucción de las arterias coronarias. Para que el corazón funcione correctamente debe circular sangre por las arterias que lo alimentan. Sin embargo, estas arterias pueden estrecharse dificultando la circulación y por ende la llegada de su principal sustento, el oxígeno, lo que provoca la muerte de las células cardíacas.
La enfermedad de las arterias coronarias es progresiva y se va agravando con el paso del tiempo. La alimentación y los hábitos de vida ejercen una fuerte influencia sobre la salud de las arterias coronarias. Determinadas conductas poco saludables, sostenidas a lo largo del tiempo, favorecen la formación de coágulos en las arterias. Son los denominados “Factores de Riesgo Coronario”.
Diagnóstico y tratamiento
La Enfermedad Coronaria puede pasar desapercibida hasta que deviene en un infarto. Por eso es importante tener en cuenta los síntomas para poder tomar las precauciones pertinentes cuanto antes.
Los síntomas típicos del Infarto Agudo de Miocardio (IAM) son:
· Dolor intenso de tipo opresivo centralizado en el pecho que suele irradiarse hacia el brazo izquierdo, a la mandíbula, al hombro, a la espalda o al cuello.
· Dificultad para respirar
· Intenso malestar general, angustia, desasosiego.
· Palidez
· Sudoración profusa
· Mareos
· En algunas ocasiones, náuseas y vómitos
Puede suceder que en algunas personas los síntomas sean más leves y se desestimen evitando la consulta médica (“simplemente estoy angustiado”, “ya se me va a pasar”). Esto no implica que no vayan a quedar secuelas ni que disminuya el riesgo de muerte. Por lo cual es de capital importancia que ante la menor sospecha se concurra a un centro asistencial para que se hagan los estudios necesarios para descartar o confirmar la presencia de la enfermedad.
Además del interrogatorio dirigido y de la revisación minuciosa, el profesional que recibe al paciente determinará la estrategia diagnóstica a seguir. En algunos casos bastará con el examen clínico. En otros, será necesaria la realización de estudios: electrocardiograma, ecocardiograma, medición de enzimas en sangre, estudios radioisotópicos, cateterismo cardíaco, entre otros.
El tratamiento específico va dirigido a disolver el coágulo que obstruye las arterias coronarias y de esta manera recuperar la irrigación de la parte del músculo cardíaco afectado –reperfusión miocárdica-.
La reperfusión miocárdica debe hacerse lo más pronto posible. Lo ideal es que sea dentro de los 90 minutos de producido el ataque.
Prevención
Los ataques al corazón pueden prevenirse. Es por ello que es necesario conocer las conductas que lo predisponen -factores de riesgo-e intentar evitarlas. Los factores reconocidos que pueden acelerar que las arterias se deterioren y se obstruyan son:
· Obesidad
· Diabetes no controlada
· Colesterol elevado
· Hipertensión arterial no tratada
· Tabaquismo
· Sedentarismo
· Estrés
Recomendaciones finales
Una vida sana, una dieta saludable y la consulta médica periódica son los pilares fundamentales sobre los cuales se asienta la prevención.
Coma bien, trate de vivir tranquilo, evite el estrés, haga ejercicio todos los días y concurra periódicamente al médico. Si bien es cierto que existe predisposición genética para padecer determinadas enfermedades -como es el caso de la Enfermedad Coronaria-, “los genes pueden ser educados”. De usted depende.
Si tiene dolor de pecho, consulte rápidamente. Es preferible una consulta “de más”, que una vida “de menos”.
(*) Divulgador científico de Grupo Medihome (MN 57.969).