El Decreto 166 del 13 de febrero de 2020 firmado por el intendente municipal, Osvaldo Cáffaro y la entonces secretaria de Salud Rosana Núñez, es quizás el mejor y mayor ejemplo de ello. Inician el decreto enumerando un expediente municipal que no se hace público y en el primer considerando ya comienzan los problemas. Afirman Cáffaro y Núñez que “las presentes actuaciones administrativas se promueven a instancias de la Secretaría de Salud, en virtud de la recepción del informe remitido por la Jefa de Departamento de Zoonosis, Noemi A. Ballestra”, pero resulta que Ballestra no era la Jefa de Zoonosis porque el 30 de enero de 2020 Cáffaro y Núñez habían firmado los Decretos 107, por la que le aceptan la renuncia de Ballestra a tal cargo y la designan “Directora de Bromatología y Zoonosis” y 109, donde designan como Jefe de Departamento de Zoonosis, Álvaro Nahuel Battista Palacios, quien un año después sería uno de los vacunados VIP de Zárate. Arrancamos mal.

El segundo considerando no tiene desperdicio. Afirman Núñez y Cáffaro que “en el referido informe, a fs. 3, la Jefa del Departamento de Zoonosis deja constancia que el agente Costa Lombardi frecuentemente comete errores en la confección de las actas, invalidando la tarea y forzando a que todas las actividades que este realiza deban ser escrupulosamente controladas debido a los abundantes errores que comete, lo cual redunda en constantes llamados de atención, con la consiguiente pérdida de tiempo y esfuerzo”. Si hay un ejemplo de alguien que “frecuentemente comete errores […] invalidando la tarea y forzando a que todas las actividades que este realiza deban ser escrupulosamente controladas debido a los abundantes errores que comete”, esa persona es el propio intendente municipal Osvaldo Cáffaro.

Hemos expuesto públicamente numerosos ejemplos de normas confeccionadas y firmadas por el intendente con errores y horrores, y el propio decreto que estamos analizando es un claro ejemplo de ello, por lo que si el problema es la confección de los textos imagino que Osvaldo Cáffaro tendrá iniciado numerosos sumarios, al igual que Florencia Diez y Ariel Ríos, quienes por ejemplo firmaron 17 decretos mal confeccionados el mismo día, exponiendo que no saben leer ni saben contar.

Lo expuesto hasta aquí ya expone una realidad más que preocupante que valida, una vez más, aquella frase del saber popular que reza “el que sabe, sabe, y el que no es jefe”, puesto que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, ¿O acaso estas son excusas y la razón de fondo del sumario es otra?.

Quizás la respuesta sea lo que las autoridades municipales expusieron en el tercer considerando del mismo Decreto 166 del año 2020.

En este considerando sostienen que “en el expediente de autos también obran fotocopias de capturas de pantalla (fs. 4 y 5) con expresiones vertidas en las redes sociales por el agente Costa Lombardi, mediante las cuales se manifiesta de manera injuriosa y ofensiva contra la Municipalidad de Zarate y sus autoridades, incluso dando a entender que existiría algún tipo de dolo cometido por ellas”. Es decir, el municipio reconoce explícitamente que hace inteligencia sobre sus empleados, espía sus cuentas personales en las redes sociales y toma en cuenta lo que allí se expresa para una sanción en su contra. Esto es gravísimo y contrario a la ley puesto que el municipio no tiene funciones de servicio de inteligencia, amén que demuestran poca inteligencia, y mucha impudicia, en exponerlo públicamente.

Osvaldo Cáffaro y Rosana Núñez reconocen abiertamente que tienen montado un servicio de (escasa) inteligencia municipal desde el que espían que hacen o dejan de hacer sus empleados y que la información que recogen es utilizada para sumariarlos de acuerdo al apoyo o rechazo a la gestión municipal que se exponga en las publicaciones.

Y es entonces cuando deciden sumariar al empleado y separarlo del cargo, porque “el artículo 107, inciso 10) de la Ley 14656 establece que podrá sancionarse hasta con cesantía, al agente por "... Falta grave que perjudique materialmente a la Administración municipal o que afecte el prestigio de la misma"’, y curiosamente es el propio intendente municipal Osvaldo Cáffaro. quien violando la ley afecta al prestigio de la Municipalidad de Zárate… y sin embargo no ha sido sumariado, ¿O sí?.

Para avanzar con el sumario resuelto, del cual desconocemos el resultado pero presumimos que era cosa juzgada al redactarse el Decreto 166 del año 2020, en el artículo 2 del decreto se designa “Instructor del Sumario Administrativo ordenado en el artículo 1°, a Gerardo Maurizio Güerci, asesor legal de la Secretaría de Salud”, pero resulta que Maurizio Güerci, al momento de la firma del decreto y de su designación como Instructor del Sumario Administrativo Asesor Legal de la Secretaría de Salud, no era Asesor Legal de la Secretaría de Salud, puesto que por el Decreto 139 de fecha 30 de enero de 2020 se le acepta la renuncia al cargo de Asesor Clase “C” y se lo designa “para desempeñar las funciones de Dirección General de Asuntos Jurídicos y Legales”.

Y para terminar a toda orquesta, en el último artículo del decreto dice “publíquese”, cosa que claramente incumplieron.

Hacen lo que no tienen que hacer y lo que hacen lo hacen mal. Los mandan a espiar y tocan timbre.

Son más inútiles, y mucho menos graciosos, que Maxwell Smart.