La columnista invitada
Coaching

Desafíos para la educación: "Reiniciarnos desde las fortalezas para proyectar una nueva realidad educativa"

Flavia Sarquís es coach Ontológico, coach Sistémico Organizacional y coaching en Asesoría Pedagógica.

Por Flavia Sarquís (*) para NOVA

Aún no terminamos de “hacer pie”; pero las fechas en el calendario y los tiempos de la escolaridad nos dice que debemos proyectar el 2022.

Sin embargo; en épocas en que las cosas van cada vez más rápidas; la escuela tiene que ser un espacio donde vayan con más lentitud, desacelerar. Salir del automático y de la premura que nos trae la “creencia de aprendizajes no desarrollados, de experiencias no vividas”.

Hemos transitado casi dos años en una realidad educativa diferente, nueva y aún desconocida en sus alcances. No podemos proyectar desde viejos paradigmas; ni repetir acciones tradicionalmente escolares, en un escenario educativo en el que todo está por reconstruirse y rediseñarse.

Interpela la necesidad de detenernos y cambiar nuestro “observador docente” para
facilitar mejores aprendizajes.

¿Por dónde comenzar?

Escuchar activamente a nuestros alumnos y alumnas. Capturar las evidencias que nos traen desde su lenguaje y emocionalidad. Correr el foco desde el “tengo que” trabajar tal o cual contenido para cumplimentar un programa escolar; hacia una profunda revisión y resignificación del “para qué” en cada paso.

Tomarnos un tiempo ante cada decisión y acción pedagógica que planificamos. En muchas oportunidades, el ir demasiado rápido, no nos da el tiempo para pensar y reflexionar acerca de lo que está ocurriendo, lo que estamos viviendo; “empujando a nuestros estudiantes” en un proceso de aprendizaje del que no son partícipes sino ejecutores.

Trasladando esa rapidez a las expectativas que ponemos en nuestro desarrollo profesional y de los aprendizajes en las aulas.

Generar verdaderos “espacios de ocurrencia”. Entornos en los que los aprendizajes se sucedan realmente y puedan ser distinguidos hacia el interior de cada acto educativo.

Respetar “la otredad de nuestros estudiantes”. Acercarnos a su realidad y dejar de observar desde la nuestra. No se trata de poner metas a ser cumplidas y calificadas según sean o no alcanzadas. Sino de resignificar procesos y respetar sus tiempos. Observar ampliamente lo que va sucediendo.

¿Qué atender prioritariamente?

En el camino y sobre la base de una escolaridad que no termina de reencontrarse; en la que docentes y estudiantes no terminan de sentirse contenidos, es necesario aceptar y trabajar los “me aburro”, “no tengo ganas”, “me rindo”, “no sé cómo”…

Partir desde allí. Desde lo que realmente sucede y no desde lo que queremos suceda.

Hemos perdido hábitos propios de la escuela tradicional y estereotipada. Necesitamos en consecuencia revisarlos y adecuarlos. No podemos transitar escolarmente caminos lineales y conocidos únicamente.

Es importante que nos detengamos paso a paso para observar, escuchar y conversar desde nuevos paradigmas. Atender cada “obstáculo” en el camino con atención y valoración.

En este tiempo marcado por la urgencia, la incertidumbre y la dificultad de la espera; la escuela tiene el desafío de darle tiempo al pensamiento en diálogo con el otro, con el entorno y con nosotros mismos como condición de educación participativa, colaborativa y de bienestar integral.

¿Cómo puede colaborar el coaching para mejorar aprendizajes?

El Coaching Ontológico “como estilo de Vida Escolar”; acerca a la educación la posibilidad de desarrollar este “Nuevo y Múltiple Observador”.

A través del coaching; los y las docentes pueden mejorar sus habilidades como líderes educativos, focalizados en procesos de aprendizajes desde las fortalezas e intereses de su alumnado; en un “enseñarse y aprenderse mutuamente”.

No se trata de nuevas definiciones ni nuevas conceptualizaciones; sino de resignificar y reorientar.

Hay que observar, escuchar y conversar desde el lenguaje del coaching:

1- Nuevas miradas sobre una realidad que tendemos a naturalizar desde el: “así es”; así se hace”; “así funciona” …donde las creencias sostenidas condicionan todo proceso de aprendizaje colectivo e individual.

2- Nuevas lentes para pensar: la planificación de secuencias didácticas; recorte de contenidos, estrategias y/o recursos valorados. Una profunda revisión del diseño de clases.

3- Elecciones cotidianas simples pero profundas para transformar acciones cotidianas y generar ambientes de bienestar.

4- Acompañar a nuestros alumnos y alumnas a revisar y superar sus aprendizajes; facilitando distinciones de sus propios procesos; cambiando el observador:

  • De la dificultad, a la “posibilidad”.
  • Del no llegó, al “aún no llegué”.
  • Del no puedo, a lo “estoy intentando”.
  • Del no sé al “quiero saber”.
  • De la reacción a la acción.
  • Del me equivoqué como obstáculo al me equivoqué como oportunidad.

El Coaching Educativo como “un estilo de vida escolar, para disfrutar al aprender desde las fortalezas y sonreír a nuestros logros”.

(*) Flavia Sarquís es coach Ontológico, acreditado AAcop-Ficop; coach Sistémico Organizacional, diplomada en EE y coaching Asesora Pedagógica.

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