Claro está que ninguno de ellos da un peso por Alberto Fernández. Sólo lo respaldan por su interés económico, ya que es su última esperanza para que no corra el Proyecto de cambio del régimen de obras sociales, que amenaza frontalmente el negocio de los sindicatos. Cristina intenta que sea el Estado el que controle las cajas de las obras sociales. Alberto es su garantía de continuidad.

El periodista económico, Carlos Burgueño, precisó que "todos los que trabajamos en relación de dependencia y como independientes destinamos una parte de nuestro salario y de nuestros aportes como monotributistas y autónomos a las obras sociales. Aparte están los sindicatos, que no viven de la cuota que un trabajador paga por estar afiliado, sino justamente de las obras sociales".

Y concluyó por otra parte que: "El kirchnerismo quiere que eso se maneje desde una cuenta de ANSES, que transfiera lo que le corresponda a Camineros, a Bancarios, etc. Mientras que el esquema actual, que defiende Alberto Fernández, es que directamente del descuento del bono vaya a la caja del sindicato y ahí andá a saber qué pasa".

El Día de la Lealtad mostró al Frente de Todos dividido. Pero no por el amor a Perón.