El radicalismo se acerca a Kicillof y le marca la cancha al PRO

El Político Enmascarado es un hombre oriundo del interior del país, afincado un poco en Buenos Aires y otro poco en La Plata desde que vino a estudiar allá por el año 1966. Sociólogo y profesor de historia con varias maestrías en el exterior. Se define a sí mismo como un “peronista heterodoxo” con amigos variados de todas las ideologías y partidos.
Fue varias veces funcionario nacional, representó al país en el exterior en una importantísima embajada; fue funcionario provincial en reiteradas oportunidades y también funcionario municipal en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, en el período 73/76, siendo un novel militante.
Su bajo perfil le permite desenvolverse en los más variados ámbitos y sentarse en las más diversas mesas políticas. Cuenta con la confianza de hombres de primer nivel y con la información de mucho de lo que pasa en la política a nivel nacional, provincial y municipal.
Sus análisis y comentarios son sesudos, interesantes y jugosos, a veces insólitos, pero seguramente atraparán el interés de los lectores de NOVA.
-Hola Enmascarado, hace días le quiero preguntar si me puede explicar que está pasando en Juntos por el Cambio, porqué los intendentes dicen una cosa y los legisladores otra sobre el gobierno provincial.
-Me parece que la pregunta está incompleta o por lo menos no es la correcta. Las diferencias realmente existentes y creo que ya las abordamos en alguna otra oportunidad, pero no son los intendentes de “Juntos por el Cambio”, sino los “radicales”, lo que vienen llenando de elogios a la gestión provincial.
-Desde el peronismo algunos dicen que es aplicable en este caso el viejo “teorema de Baglini”, según el cual uno es más responsable cuando está cerca del poder y más temerario cuando no tiene la responsabilidad de gobernar...
-No, no es aplicable ese concepto en este caso, primero porque estamos hablando de un mismo frente electoral, segundo porque hay intendentes de ese mismo espacio que como Ezequiel Galli de Olavarría o Jorge Macri de Vicente López, no tienen problemas en lanzar dardo envenenados contra Axel Kicillof.
-Pero esos dos no son radicales, y usted, me dijo, Enmascarado, que había que prestar atención a lo que pasaba en la UCR.
-Exactamente, porque más allá de las diferencias que naturalmente hay entre intendentes y legisladores debido a las características de su propia función, lo que se cruza en este caso es una feroz interna en la alianza opositora, con los radicales pidiendo pista para ser nuevamente protagonistas en las elecciones del año que viene y superar de una vez por todas el ninguneo al que los sometió el PRO.
-No entiendo, Enmascarado, ¿el radicalismo se acerca al peronismo para marcarle la cancha al PRO?
-No, no se trata de acercarse al peronismo o al kirchnerismo, sino de mostrar independencia de criterio y sobre todo de libertad absoluta a la hora de tejer alianzas y, ahora sí, acercamientos políticos. Lo que los intendentes como Miguel Fernández o Esteban Santoro hacen al tirarle flores al ejecutivo bonaerense es, por un lado reconocer un esfuerzo que nadie se atreve a negar, pero en términos políticos es una forma muy directa de mostrar que la UCR no está dispuesta a seguir bajo el mandato del PRO, aún cuando muchos radicales añoran el protagonismo de María Eugenia Vidal para recuperar protagonismo.
-¿La interna radical también está atravesada por esto?
-Es interesante la pregunta, porque en la interna que ya tiene fecha confirmada podrían presentarse dos listas, una que encabeza Maximiliano Abad, y otra que llevaría como candidato a Gustavo Posse, pero ambos espacios eligieron su relación con el gobierno provincial como un elemento para marcarle la cancha al resto de sus socios de Juntos por el Cambio en una negociación que se advierte por lo menos complicada de cara al todavía lejano cierre de listas del años que viene.
-¿Y el gobierno qué papel juega?
-La verdad es que Kicillof tiene en su ministra de Gobierno, Teresa García a una especie de “Messi” de la rosca, que logró acercar posiciones con toda la oposición, y por supuesto que sin una buena relación del ejecutivo con los intendentes radicales, estos no podrían usar esa relación para enviarle un mensaje al PRO. Pero tengo que decirte que se trata de una especie de “plus” o resultado no buscado por el gobierno de la provincia. Eso sí, en el futuro inmediato y a medida que vayamos recuperando la “normalidad” no sería de sorprender que el gobierno tome alguna medida para hacer todavía más evidente esas diferencias, pero eso es otra historia. Y ahora te dejo, porque si no el que voy a ser historia soy yo, si vuelvo a llegar tarde y me engancha mi jefe, Marito Casalongue.
-Hasta pronto, Enmascarado…
-Hasta pronto, amigazo…