Posteriormente, la movilizaron avanzó hasta los Tribunales Federales de 7 entre 56 y 57 de la ciudad de las diagonales, donde se exigió que la justicia avance. Finalmente, continuaron hacia Gobernación, donde hubo un breve acto sobre un pequeño escenario, en el que los principales oradores fueron los familiares y terminó con la lectura de un documento en el que denunciaron la represión.

“Hoy esto haciendo eco del reclamo que están haciendo todos: La aparición ya de Facundo Astudillo Castro, como ya una vez pedí la aparición de Santiago Maldonado, de Daniel Solano, de Facundo Rivera Alegre y de tantos otros que están todavía secuestrados”, señaló a NOVA, Mónica Alegre, mamá de Luciano Arruga, el adolescente víctima de gatillo fácil en 2009.

De acuerdo con el documento leído durante la jornada, denuncian que hubo 92 muertes a manos del aparato represivo del Estado desde que comenzó la cuarentena. En esa línea, apuntaron contra el gobierno nacional de Alberto Fernández y contra el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el ministro Sergio Berni.

“Toda pérdida es terrible, todas las madres sufrimos igual, así sea por gatillo fácil o desaparición forzada. El no saber qué mierda le hicieron a tu hijo, si está vivo, si comen, si no comen. ¿Dónde está? Eso es terrible. Aprendimos a vivir con esto. Hoy estoy parada acá con más fuerza que nunca”, enunció Alegre.

También alzó su voz desde el estrado Marina Candia, madre de Ignacio Seijas, el joven que perdió un ojo en un ataque policial el 20 de junio de este año en Lomas de Zamora. “Están matando a nuestros hijos y a nuestros niños porque somos gente de trabajo, esto en otros lugares no pasa, en los que tiene guita no pasa. Así que fuera Berni”, agregó la señora.

Candia explicó que la jueza de Garantías 5 de Lomas de Zamora, Marisa Salvo, no considera que el policía Daniel David Antonio haya cometido un caso de gatillo fácil. “Apoyo a todas estas familias para que ellos me den fuerza para poder meter a este oficial preso, tiene que estar preso, es un asesino”, clamó la madre.

De la jornada también participó la familia de Soledad Bowers, la joven asesinada en 54 y 9 en agosto de 2013 por un policía Mauricio Aguilera que “tiró con su arma reglamentaria desde 55 y 9. Ella estaba parada en la esquina y le pegó. Fuimos a juicio y le dieron 10 años pero en la casa. Justicia no hay”, se apenó Juan Carlos Bowers, padre de la joven.

Luego de la lectura del documento, vinieron los cánticos y aplausos pidiendo la renuncia de Berni y, posteriormente, se quemó el muñeco con el rostro del ministro de Seguridad.