- ¿Cómo fueron tus comienzos?

- Los comienzos fueron en la década del 80 cuando heredé una máquina de coser de mi abuela, un poco enserio y un poco jugando con una bolsa de retazos comencé a hacer bolsos para bebés. Lo que yo hacía del bolso era nada más que el patchword, el resto lo hacía gente que sabía coser.

Al poco tiempo comencé a buscar cueros y en Córdoba -mi ciudad de origen- no había curtiembres, entonces lo hice con lo que hoy se llaman eco-cueros. A esta altura estaba con mi máquina de coser a pedal modificada con un pie de teflón, y los bolsos para niños se habían transformado en carterones. Muy exitosos dado al tamaño que eran inmensos. Lo usaban las abogadas, escribanas, secretarias, porque les entraban todos los expedientes.

En el mientras tanto nacía mi segundo hijo y yo ya compraba cabretillas, napas y cabra gamuzada en dos o tres curtiembres de Buenos Aires, abriendo mi primer local en Punta del Este. Allí fui a competir con los mejores diseñadores de la moda en cuero. Me fue pésimo (ríe). Fueron uno de esos años que hubo una devaluación en Argentina y los argentinos que siempre iban a vacacionar allí no fueron. Fue un lanzamiento brutal para una marca del interior que hacía sus presentaciones en Punta del Este.

­- ¿Cuál es tu fuente de inspiración?

-La vida, las mujeres. Mis fuentes de inspiración fueron cambiando con los años y con las necesidades de la gente. Siempre tuve un hobby que era la ropa de espectáculo, de show. Así un día por el año 89 ya había nacido mi tercera hija y me conoce Valeria Lynch con quien empiezo a trabajar y durante 5 años fui la encargada de diseñar y confeccionar los vestuarios de sus shows. Para el Gran Rex, el Opera, Radio City de Mar del Plata, el festival de San Remo con Nicola Di Bari.

Eso me trajo emparejado mucha gente de Buenos Aires, hicimos una película “Brigada Cola” con los hermanos Mentasti con Mónica Guido, Guillermo Francella y Diana María. También una obra de teatro que dirigió por primera vez Ricardo Darín con Mirta Busnelli.

Los ojos de Córdoba de las temporadas de teatro también se posaron en mí, de más está decir que a esta altura ya no diseñaba más cueros sino ropa de fiesta.

- ¿Cuáles son tus diseñadores preferidos?

- Elie Saab, Coco Chanel, YSL, Gino Bogani y por supuesto Cris Tillard y su equipo (risas)

- ¿Cómo es el trato que tenés con tus clientes?

- Absolutamente personalizado. Acompaño en la elección, no soy fácil y trabajo sobre la armonía. El primer diagnóstico lo hago en las partes del cuerpo que no son fáciles para las mujeres, como el abdomen o las alitas, y de allí en más hago pie en el diseño ubicándome en tiempo y forma del evento al que va a asistir y el rol que va a ocupar.

Actualmente tengo dos locales en la ciudad de Córdoba donde atendemos por turnos junto a mis asistentes. Están ubicados en Nueva Córdoba, en la calle Buenos Aires 744, y en el Cerro de las Rosas, en Avenida Rafael Nuñez al 4.353, donde además de la exposición y venta tenemos el taller.

Desde el año 2011 se transformó en una empresa familiar que la comparto con mi hija Nathalié y ella, junto a la gente joven que nos rodea, le proporcionaron a la marca un aire fresco y hoy por hoy somos los mayores vendedores de vestidos de novia de campo.

- ¿Cuál fue la exigencia más extraña que te han pedido a la hora de vestir a una novia?

- Volver a bordar un vestido de novia negro y rosa en menos de 24 horas, ya que esta es una costumbre piamontesa. En el interior de esta provincia aún se estila ese tipo de bodas conmemorando la llegada de inmigrantes cuando el luto duraba 4 años. A medida que iba pasando el tiempo a la vestimenta negra se incorporaban colores como el rosa y el violeta.

- ¿Cómo fue convertirse en una celebridad de la moda en Córdoba y en el resto del país?

- No me siento una celebridad. Estoy profundamente convencida que soy una trabajadora de la moda que prácticamente creo haber hecho casi todo. Soy tremendamente creativa y a cada crisis la supe sobrellevar saliendo de mi zona de confort. Por ejemplo, hice símbolos para los sacerdotes, uniformes para empresas bancarias, hasta tuve una escuela de diseño y una revista. Tuve locales en shoppings en Punta del Este, en San Miguel de Tucumán y en Villa Carlos Paz. Por estos días nos hemos reinventado con producciones de kits quirúrgicos.

- ¿Cómo vivís este momento de pandemia mundial?

- Vivo la pandemia con mucha angustia e incertidumbre como todos. Aunque debido a la versatilidad que tengo para acomodarme a los diferentes cambios y al maravilloso taller, no he dejado de producir ni un solo momento. Somos todas mujeres fuertes, la mayoría jefas de familia y que amamos lo que hacemos.

- ¿A qué personajes públicos has vestido?

- Actualmente estoy vistiendo a Rebeca Bortoletto, gran periodista y conductora de la ciudad de Córdoba que está haciendo un gran programa televisivo con un muy buen rating que lo pasan los domingos después del mediodía por el canal 12 de Córdoba.

También vestí a otros famosos como Iliana Calabró, Sol Pérez, Julieta Prandi, Beatriz Salomón, Silvia Peyrou y Alicia Poletto, entre otras.