
Por Leonardo Ramos(*), especial para NOVA
Estamos viendo que la pandemia contrajo la economía global y que afectó a todo el mundo. Siempre las crisis; y digo crisis en el sentido absoluto de la palabra, son más fuertes para con los que menos recursos tienen, para los que tienen menos recursos económicos y viven al día, para los que no tienen reservas económicas, pero también para los que no tienen la suficiente fortaleza e integridad física o psicológica para transitar tiempos tan particulares, este fenómeno repentino e inesperado de la pandemia no a todos los agarro bien parados como para soportar semejante tsunami.
Tenemos la fortuna de vivir en un país autosuficiente casi en su totalidad por lo que no dependemos de muchas cosas del exterior, aunque nos quieran hacer creer que los vasitos de Starbucks son fundamentales. Imaginen vivir en un país que ni siquiera sus alimentos produzca y verán la fragilidad de las economías.
Por suerte nosotros tenemos los recursos naturales, la industria y sobre todo, tenemos a los argentinos capaces de producir cualquier cosa. Lo cierto es que en medio de la crisis sacamos un as de la manga nuevamente y nos ponemos a fabricar la vacuna contra el Covid-19 lo que nos muestra la luz al final del túnel y nos marca una nueva etapa en la que se comienza a planificar y construir las bases de la reconstrucción.
En este largo -demasiado largo- proceso de confinamiento sanitario hemos mantenido montada la estructura productiva que ha de ponerse en marcha paulatinamente de aquí hasta la disponibilidad de la vacuna, pero se ha de recuperar casi el 100 por ciento de nuestra productividad que hoy tiene un 50 por ciento de capacidad ociosa. Y seguramente deberemos expandir nuestra capacidad productiva, porque existe una demanda contenida de nuestra sociedad y de países vecinos de productos que en este tiempo les fueron escasos y porque naturalmente las sociedades pasan de un punto al otro y así como van a existir más actividades al aire libre y más encuentros contenidos también habrá una mayor demanda y consumo de bienes y servicios... y para eso debemos estar preparados.
El gobierno sabe esto y viene haciendo el mayor esfuerzo para mantener las capacidades productivas de las empresas y financiarlas para que no cierren, porque va a ser necesario cuando esto arranque de aquí a poco que cada trabajador vuelva a su puesto de trabajo, y que cada máquina produzca para los argentinos y para la demanda contenida que hay en el mundo.
La deuda externa ya está consensuada, salimos del default heredado y las variables macroeconómicas están estables, la inflación bajando, lo que nos da un marco de estabilidad y previsibilidad económica.
Hoy más que nunca Campana tiene la oportunidad de volver a ser la Manchester que supimos ser radicando industrias generando empleo y ser protagonistas de esta nueva ola de crecimiento económico y del PBI que ha de crecer nuevamente a tasas chinas.
Los peronistas sabemos hacerlo, venimos de gobiernos peronistas que trajeron a Campana a Sidérca, Tolueno y Honda y lo cambiamos por uno que trajo una hamburguesería.
Si los vecinos de Campana queremos grandes empresas con grandes sueldos y empleo para todos tenemos que saber que depende de nosotros.
(*) Dirigente del Frente de Todos.