Prevenir el envejecimiento del cerebro con actividades diarias y sencillas

Con la edad, el tamaño del cerebro disminuye, perdemos neuronas y se altera la producción de hormonas y neurotransmisores.
El cambio más importante que se produce con el paso de los años es la pérdida de muchas de las conexiones entre las neuronas, unas células de larga vida que no se dividen y, por lo tanto, difícilmente se regeneran.
🧠 El 22 de julio es el Día Mundial del Cerebro, una fecha promovida por la Federación Mundial de Neurología (WFN en inglés) para crear conciencia sobre su cuidado, riesgos y enfermedades.#WorldBrainDay2020 #DíaMundialdelCerebro pic.twitter.com/b6N5TuGzNl
— Inneva Pharma (@InnevaPharma) July 22, 2020
La acumulación de proteínas es una consecuencia del envejecimiento cerebral, a través de agregados que tienden a depositarse tanto dentro como fuera de las neuronas.
Para los expertos lo que comúnmente se denomina como demencia senil es un término obsoleto. El envejecimiento no implica necesariamente la aparición de una demencia o pérdida importante de memoria.
La más recomendada es la mediterránea, que brevemente implica un bajo consumo de carnes y aves de corral, un consumo de bajo a moderado de lácteos, una cantidad moderada de alcohol (vino) y grasas (aceite de oliva), y una alta ingesta de verduras, legumbres, frutas, cereales y pescado.
Una buena alimentación
Se ha comprobado que la dieta mediterránea reduce el riesgo de padecer fallos cognitivos y enfermedades como el alzhéimer. La restricción calórica o limitación de las calorías que ingerimos puede ayudar a retrasar el envejecimiento.
Descansar lo necesario
Además de cuidar lo que comemos, es recomendable dormir ocho horas al día.
Respetar las ocho horas de sueño estipulados para un buen optimo descanso restablece las funciones cerebrales, más que nada para eliminación de las toxinas del cerebro que se han acumulado durante el día.
Ejercicio diario
El ejercicio regular y la actividad física son claves para disminuir los efectos del envejecimiento. Estudios clínicos indican que el entrenamiento físico con intensidad moderada actúa como neuroprotector, ralentizando la disminución del volumen del cerebro y mejorando su funcionamiento.