Mariel abandona el circo en Moreno, mientras le crecen los enanos

Escenas de alta tensión se vivieron este martes por la madrugada en Moreno, cuando al menos unas 5 personas, se apersonaron frente al palacio municipal con la intención de encadenarse a las rejas que se encuentran en el acceso peatonal y vehicular del mismo.
Se trata de empleados dependientes de la Subsecretaría de Servicios públicos, apostados en el obrador de Francisco Alvarez, que vienen reclamando desde hace unos diez días la falta de aprovisionamiento de uniformes y de insumos que resulten efectivos contra el virus pandémico que estamos padeciendo. Como así también el deterioro absoluto del parque automotor y vial que, según denunciaron, funciona sin las medidas de seguridad requeridas para circular; (VTV, seguro, luces reglamentarias, burros de arranque).
Junto con el grupo arribado se encontraba Gabriela Santolaya, referente del mismo, que denunció ante los medios allí presentes que habían comenzado a llegar la comunicación a algunos compañeros, informándoles su desvinculación del área para ser derivados a otro sector del municipio.
También declaró, que ante el silencio de Mariel Fernández con respecto al conflicto, el único que salió de mala manera a dar la cara fue "Coco" Lombardi, actual coordinador de Secretarías que elevando el tono y con soberbia les dijo: "Aquí el poder lo tenemos nosotros y hacemos lo que queremos".
Se trata del mismo Lombardi que fuera intendente por un periodo y que impulsara juicio político con su antecesor Héctor Ibañez (del mismo color político), al sostener un enfrentamiento con Antonio Cafiero, por aquel entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, tomando partido por el grupo disidente de aquel momento denominado “de los ocho", entre los que se encontraba el localista Luis Brunatti, otro fiasco de la política vernácula.
Los memoriosos todavía lo recuerdan como el “intendente de a caballo", otros lo asocian al inicio de la debacle morenense, como el verdadero impulsor de los asentamientos en la localidad, tanto como que aún vive en una quinta del barrio Asunción, de la cual se apropió haciendo uso indebido de la información reservada de Catastro municipal.
Los últimos años de su trayectoria, los pasó como "asesor legal" de un colegio privado del distrito, en uso de su dudoso título de abogado, tarea que debió realizar bajo relación de dependencia, al no haber cumplimentado aún la cantidad de años mínima de aportes para su jubilación.